El que tiene oidos, oiga: ¿Por qué celebramos la Pascua?

martes, 21 de julio de 2009

¿Por qué celebramos la Pascua?

¿Por qué los cristianos celebramos la Semana Santa o la Pascua?

Tal vez para unos esta celebración sea tan sólo parte de la tradición que han recibido como parte de la cultura donde viven. Para otros, es la oportunidad de salir de vacaciones y disfrutar los días de asueto que se acostumbra tener en esta época. Para los niños, es la oportunidad para comer huevos de chocolate.

A fin de entender el propósito que Dios tenía para la celebración de la Pascua o Semana Santa como la llaman en muchos lugares vamos a estudiar lo que la Palabra de Dios enseña acerca del asunto; después vamos a hacer un recorrido histórico para ver cómo la celebración de la pascua, una de las celebraciones más importantes en el mundo cristiano, fue transformándose hasta lo que es hoy.

ORIGEN Y PROPÓSITO DE LA PASCUA
Quince siglos antes de Cristo, cuando el pueblo de Israel todavía estaba esclavizado en Egipto, Moisés, por instrucción divina, después de varios intentos frustrados de convencer al faraón egipcio que dejara al pueblo salir de Egipto, anunció que todos los hijos primogénitos tanto de las personas como de los animales morirían. Para evitar la muerte de sus primogénitos, los hogares israelitas tenían que sacrificar un cordero y untar su sangre en el dintel de la puerta de cada casa (Éxodo 12: 7).

Luego el señor añadió: “La sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto. Y ese día os será de memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para el Señor tu Dios durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis” (Éxodo 12: 13, 14).

Esta fiesta se celebró por 1.500 años entre el pueblo de Israel.

Esta fecha, al mismo tiempo que celebraba la liberación de la esclavitud de Egipto, también prefiguraba una liberación mesiánica del pecado y de la muerte (ver Isaías 53).

LA CELABRACIÓN DE LA PASCUA Y LA EUCARISTÍA
Cuando el Señor Jesucristo vino a este mundo, él celebró la pascua como su pueblo lo había hecho por cientos de años.

Pero en la última pascua que pasó en este mundo, él se reunió con sus discípulos un día antes de la fiesta para celebrarla, porque en esta ocasión, Cristo como cordero pascual iba a ser sacrificado, no para dar liberación de la esclavitud, como lo fue con el pueblo de Israel en Egipto, sino para darle al mundo la libertad del pecado y de la muerte.

La realidad estaba a punto de sustituir a las sombras.

Cristo escogió el pan y el vino, para representar su cuerpo quebrantado y su sangre derramada en el Calvario, “para remisión de los pecados” (San Mateo 26: 28).

Estos símbolos sustituirían al cordero pascual como nuevos emblemas de la liberación del pecado. Ellos recordarían su sacrificio al celebrar la eucaristía o Cena del señor “hasta que él venga” (1º Corintios 11: 26).

El apóstol San Pablo afirma: “porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1º Corintios 5: 7).

El cordero pascual representaba al que murió para librar de la muerte a los primogénitos israelitas. Con su muerte en el Calvario, Cristo fue el Cordero pascual que murió en lugar de los seres humanos para que estos puedan ser libres de la muerte y el pecado.

LA PASCUA Y LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA
La pascua estaba conectada a la celebración de la fiesta de los panes sin levadura, que se realizaba durante siete días, un día después de la pascua. Durante este período, sólo se permitía comer pan sin levadura.

Mientras que la pascua recordaba al pueblo judío la noche de liberación de la esclavitud,

la fiesta de los panes sin levadura servía para recordar las circunstancias del éxodo y servía para traer a su memoria el llamado de Dios a una vida santa, apartada del pecado representado por la levadura (San Lucas 12: 1; 1º Corintios 5: 7, 8).

En el Nuevo Testamento, el cumplimiento antitípico de la fiesta de los panes sin levadura está relacionado con la pascua, de causa a efecto.

Mientras que la Pascua celebra la liberación de la esclavitud del pecado ofrecida a través del sacrificio de Cristo, nuestro Cordero pascual,

la fiesta de los panes sin levadura representa la continua provisión de Cristo para remover los pecados de nuestra vida.

Como creyentes aceptamos la salvación ofrecida a nosotros por Cristo, nuestra pascua, viviendo una nueva vida de pureza y sinceridad, tipificada por la fiesta de los panes sin levadura.

HISTORIA DE LA PASCUA FLORIDA
La pascua cristiana se celebró por dos siglos a la par que la judía. Pero el desprecio y odio generalizado hacia los judíos, llevó a la iglesia cristiana a tratar de separar la celebración cristiana de la judía, a pesar que ambas estaban íntimamente ligadas.

Este factor, así como la influencia de los ritos y tradiciones de las religiones paganas, fueron los elementos que introdujeron un cambio radical en la celebración de la pascua.

Para entender este cambio, es necesario hacer un poco de historia.

En esas mismas fechas, las religiones paganas, que rendían culto a la fertilidad, realizaban una festividad de primavera, se la conoce como la pascua florida.

La pascua florida es una celebración en honor a Eostra o Ostara, diosa teutónica de la fertilidad, que los pueblos del norte de Europa realizaban al principio de la primavera.

Easter está relacionada con Istar, la diosa sumeria del amor, o con Astoret que en Canaán se convierte en la diosa de la luna, esposa de Baal.

Estos pueblos adoraban al sol y practicaban el culto a la fertilidad al inicio del equinoccio de primavera, por ser la época del año en que la naturaleza resurge a la vida después del invierno.

En estos cultos se realizaban ritos inmorales y depravados, los cuales incluían sacrificios de niños y niñas y actividades sexuales con homosexuales y prostitutas del templo. Por cuanto el día en esa época empieza a ser más largo que la noche, estos ritos simbolizaban la victoria sobre la muerte y la celebración de la “resurrección” del dios sol, que representaba la continuidad de la vida o la inmortalidad.

Los símbolos de estas deidades eran el huevo y la liebre. En algunas estatuas de estas diosas se les representa con los órganos sexuales toscamente exagerados, mientras que en otras figuras aparecen con un huevo en la mano y un conejo a su diestra.

En Cartago se descubrieron urnas de colores brillantes, debajo de monumentos erigidos en honor a Asera, que contenían huesos carbonizados de niños y adolescentes.

Con la conversión de Constantino, miles de adoradores del sol y practicantes de estos cultos, se unieron a la iglesia cristiana sin estar realmente convertidos; estos trajeron consigo sus costumbres paganas que con el tiempo, se fueron incorporando a las celebraciones cristianas.

Algunos líderes religiosos trataron de “cristianizar” algunas de estas prácticas especialmente las de la pascua florida, y trataron de relacionarla con al pascua cristiana, ya que ambas se celebraban en la misma época.

Pero en lugar de mantener el enfoque en el sacrificio expiatorio de Cristo y la liberación del pecado, su énfasis se centró en la “resurrección” de Cristo, que en la celebración de la pascua florida se combinaba con la “resurrección del dios sol”.

Fue así como poco a poco, la tradición fusionó el significado cristiano con ceremonias paganas.

Aquellos rituales, imposibles de desarraigar, eran reasimilados bajo nuevas formas.

El júbilo por el nacimiento del sol y por el despertar de la naturaleza, se convirtió en el regocijo por el nacimiento del Sol de justicia y por la resurrección de Cristo.

Los siete días de celebración posteriores a la pascua, o sea, la fiesta de los panes sin levadura, fueron sustituidos gradualmente por la cuaresma, una práctica que viene de los cultos paganos antiguos.

Ésta era observada por los adoradores de Istar en Babilonia, de Osiris en Egipto y de la diosa Proserpina en Roma.

Entre los paganos este período de ayuno cuaresmal (de cuarenta días) era indispensable a la gran fiesta de la primavera conmemorando la muerte y resurrección de los dioses.

Ésta época era precedida por carnavales disolutos, después de los cuales era necesario hacer penitencia con el ayuno cuaresmal.

Al igual que en el caso de la pascua florida, se trató de encontrar alguna razón para estos ayunos penitenciales.

Se usó como base entre otras cosas, los cuarenta días de ayuno de Cristo en el desierto.

La cuaresma y la semana santa finalmente fueron reconocidos en el siglo VIII como parte de las celebraciones cristianas.

CONCLUSIÓN

¿Por qué los cristianos celebramos la Semana Santa o la Pascua?

¿Por qué usted celebra la Semana Santa?

Para aquellos que desean hacer la voluntad de Dios y cumplir con el propósito divino, este tiempo debiera ser usado para recordar el gran sacrificio del Señor Jesucristo en nuestro favor.

Lo menos que podemos hacer en respuesta a su sacrificio es vivir una vida de consagración a él, y mostrarle nuestra gratitud por lo que hizo, ha hecho y hará por nosotros.

Lo invitamos a que, si no lo hacía antes, esta Semana Santa tome tiempo para meditar en la gran obra de salvación realizada por nuestro Señor Jesucristo, así como para compartir con otros este mensaje que trae vida eterna a aquel que lo acepta.

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