El que tiene oidos, oiga: 10.- Reavivamiento y Reforma

viernes, 17 de julio de 2009

10.- Reavivamiento y Reforma

JOYA BÍBLICA:
“Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que manan, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová...Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:15-17, 28).

Pregunta: ¿Cuál es la experiencia que le está faltando vivir a la iglesia para concluir la misión?

Respuesta:
“Un reavivamiento de la verdadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades. El buscar esto debe ser nuestro primer trabajo. Debe haber un esfuerzo ferviente para obtener la bendición del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a otorgarnos su bendición, sino porque no estamos preparados para recibirla. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden, que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos” (Mensajes selectos t. 1, pág. 121 (1958).

Reavivamiento y reforma ministrados por el Espíritu Santo: “Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambos deben combinarse” (Servicio Cristiano págs. 53, 54).

Satanás actuará con engaños: “En cada despertamiento religioso (Satanás) está listo para introducir a aquellos cuyos corazones no están santificados y cuyos espíritus no están bien equilibrados... En toda la historia de la iglesia, ninguna reforma ha sido llevada a cabo sin encontrar serios obstáculos” (El conflicto de los siglos pág. 447).

Algunos actuarán con fanatismo y espíritu independiente: “El fanatismo aparecerá en nuestro propio medio. Vendrán engaños, y de un carácter tal que, si fuera posible, desviarían a los mismos elegidos” (M. S., t.2, pág.16).

“Dios no da a un hombre una nueva luz contraria a la fe establecida del cuerpo. En todas las reformas se han levantado hombres que aseveraban esto” (Joyas de los Testimonios t. 2, pág. 103).

No califiquemos todo de “fanatismo”: “Cuando el Señor obra por medio de los instrumentos humanos, cuando los hombres están movidos por el poder de lo alto, Satanás induce a sus agentes a clamar: ‘¡fanatismo!’ y a advertir a la gente que no vaya a los extremos. Tengan todos cuidado acerca de las circunstancias en que levantan este clamor; porque el hecho de que haya moneda falsa, no reduce el valor de la verdadera. El que haya reavivamientos espurios y conversiones falsas, no prueba que todos los reavivamientos deban tenerse por sospechosos” (Obreros evangélicos pág. 179).

Resultados del reavivamiento: “Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella principie, el espíritu de oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de revolución será desterrado de la iglesia” (Joyas de los testimonios t. 3, pág. 254).

“Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual” (Joyas de los testimonios t. 2, pág. 100).

La promesa del Señor para su iglesia: “En visiones de la noche pasó delante de mi un gran movimiento de reforma en el seno del pueblo de Dios. Muchos alababan a Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otros milagros. Se advertía un espíritu de oración como lo hubo antes del gran día de Pentecostés. Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina.” (Joyas de los testimonios t. 3, pág. 345).

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