El que tiene oidos, oiga: Algunos Sapos Refutan La Evolución

martes, 21 de julio de 2009

Algunos Sapos Refutan La Evolución

La propuesta de Darwin acerca de que la evolución ocurrió a través de muy pequeñas modificaciones sucesivas no puede aplicarse a toda criatura estudiada. Darwin admitió: "Si pudiese demostrarse la existencia de cualquier órgano complejo que no podría haberse formado por modificaciones numerosas, sucesivas y leves, mi teoría se derrumbaría por completo." Proveeremos algunos ejemplos difíciles de explicar.
El sapo de Surinam es mencionado por Huxley y Wells como un ejemplo de cómo un anfibio terrestre resuelve el problema de la falta de agua. La hembra pone sus huevos en su propia espalda por medio de un largo oviducto. Luego de que los huevos son puestos, la piel de su lomo crece en torno de los huevos y forma una incubadora para las crías. Uno tendría grandes dificultades para explicar cómo podría haber evolucionado este sapo. Quizá un darwinista diría que esta conducta, y las estructuras fisiológicas asociadas con ella, evolucionó en un tiempo en que el agua era escasa y tal comportamiento era necesario. Sin embargo, se requeriría la evolución concomitante de tres fenómenos o de lo contrario el sapo de Surinam se hubiese extinguido. Primero, debía evolucionar el largo oviducto; segundo, la piel del lomo debe haberse tornado capaz de rodear los huevos, o éstos se hubiesen secado rápidamente en el lomo del animal. Finalmente, las dos estructuras hubiesen sido inútiles si el sapo ignorase cómo usarlas. No hay en absoluto razón para que cualquiera de las citadas estructuras evolucionase por sí misma. Un sapo sin agua que poseyese solamente un largo oviducto está tan condenado a la extinción como un sapo sin tal oviducto en cuya piel pudiesen alojarse los huevos, pues este último no podría colocarlos en su espalda. La descendencia de un sapo que cumpliese con sólo dos de las condiones moriría irremisiblemente. Este es un ejemplo de estructura que no pueden surgir a través de modificaciones pequeñas y graduales. Si todo no está presente al mismo tiempo, es inútil. Una solución diferente es empleada por otro sapo que vive en un ambiente seco. La hembra pone los huevos en la boca del macho, cuyos sacos vocales devienen una incubadora. De nuevo, hay varias cosas que deberían de haber evolucionado simltáneamente para ser útiles. La hembra debería de haber aprendido a poner los huevos en la boca del macho; el macho debería de haber aprendido a no comerse los huevos, y además haber desarrollado la capacidad de transformar sus sacos vocales en una incubadora. La falta de cualesquiera de estos aspectos hubiese condenado la especie. En los dos casos citados, el único impulso concebible para el desarrollo de estas estructuras y comportamientos sería que se secasen las aguas en el área en donde los sapos vivían. El sapo no requeriría estas cosas millones de años después de desaparecida el agua, sino inmediatamente, antes de que el agua se secase por completo, ya que el renacuajo debe desarrollarse en un ambiente acuoso. Tales cambios deben ocurrir rápidamente o sería demasiado tarde.
(Tomado de Josh McDowell y Don Stewart. Reasons Skeptics Should Consider Christianity (Razones por las cuales los escépticos debieran considerar el cristianismo), Campus Crusade for Christ, Inc., 1981, p. 160-161.)

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