El que tiene oidos, oiga: NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO X

miércoles, 29 de julio de 2009

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO X

En nuestro artículo de hoy trataremos de encontrar respuestas a algunos de esos interrogantes serios y delicados, que pugnan por dominar el pensamiento frente a las grandes catástrofes. En el mejor de los casos, debemos admitirlo con honradez y modestia, nuestras respuestas serán parciales, por la sencilla razón de que siempre tendremos que elaborarlas desde la limitada perspectiva humana. Pero al mismo tiempo, para quienes tomamos en serio la Palabra de Dios, el mirador se amplía considerablemente y comenzamos a ver más allá de lo inmediato y transitorio, una dimensión de seguridad y certeza que trasciende en mucho la precariedad de las meras opiniones humanas.

¿Es el Dios de los cristianos una divinidad indiferente y remota, o se reserva el derecho de intervenir en los asuntos humanos cuandoquiera Su sabiduría y Su bondad lo consideren necesario? La revelación que Dios hace de Sí mismo en la Biblia, excluye totalmente la primera de estas opciones. El Creador es también el Sustentador, y como tal tiene un interés constante en todo lo que ocurre en esta "isla rebelde", nuestro planeta. ("¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.", Mateo 10:29-31.)

¿Cómo interviene Dios? En palabras de Jeremías : "En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle" (18: 7-10). Esta es una verdad constantemente repetida en la Biblia : Dios lleva la contabilidad de las naciones, y aunque Su paciencia es a toda prueba, hay límites más allá de los cuales no les permite ir.

En palabras de esa pluma magistral que fue Elena G. de White : "Con infalible exactitud el Infinito sigue llevando cuenta con las naciones. Mientras ofrece Su misericordia, y llama al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, el ministerio de Su ira comienza. La cuenta se cierra. Cesa la paciencia divina. La misericordia ya no intercede en favor de aquellas naciones." Historia de los Profetas y Reyes, 269.

¿Interviene Dios en forma directa? A veces sí, como fueron los casos del Diluvio y de la destrucción de aquellas corruptas ciudades de la llanura, Sodoma y Gomorra. En otras ocasiones retira Su protección de quienes la rechazan, y permite que la ambición de otros hombres ejecuten Sus juicios, como ocurrió con el reino de Israel cuando el castigo de Dios le fuera aplicado por los Asirios : "Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas" (Isaías 10:5-7). ¿Significaron estas palabras que los excesos que pudiera cometer esa nación serían pasados por alto por Dios? No. "Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos" (verso 12).

Nuevamente de la misma autora : "Se me mostró que los juicios de Dios no vendrían sobre ellos directamente del Señor, sino de esta manera: Ellos se colocan más allá de su protección. El advierte, corrige, reprueba y señala el único camino seguro; luego, si aquellos que han sido el objeto de su cuidado especial siguen su propio curso, independientemente del Espíritu de Dios, tras repetidas amonestaciones; si eligen su propio camino, entonces El no encarga a sus ángeles que impidan los decididos ataques de Satanás contra ellos" Eventos de los Ultimos Días, 247. Mas aún : "Dios usará a sus enemigos como instrumentos para castigar a aquellos que hayan seguido sus propios caminos perniciosos, por los cuales la verdad de Dios ha sido tergiversada, juzgada equivocadamente y deshonrada." Ibid.

¿Con qué propósito castiga Dios? Tratando de llevar a la reflexión y al arrepentimiento. Trascendiendo los siglos y regresando a nuestros tiempos, ¿tuvo Dios alguna participación en los sucesos que todavía nos angustian? O enfocando las cosas desde otro ángulo ¿de qué podría tener que arrepentirse Estados Unidos? Aquí apenas podemos sugerir algunas pocas cosas, como de la siembra de corrupción moral y pornografía incontrolada de décadas de cinematografía; de la inconsistencia del gran negocio de la producción de armamentos (Estados Unidos es el mayor productor y distribuidor de armamentos en el mundo); del millón de abortos anuales; de la producción de tabaco y sus derivados, que siega anualmente casi 450.000 vidas en ese país (más de 1.200 por día)–¡como empequeñecen estas cifras la de las víctimas del penoso atentado del 11 de setiembre!; de la defensa del homosexualismo y del lesbianismo, específicamente condenados por Dios en Su Palabra (¡qué decir del desfile anual desafiante de 100.000 homosexuales en la ciudad de Nueva York!); de la producción y consumo de bebidas alcohólicas, responsable de miles de muertes cada día en los Estados Unidos; de la pobreza ocasionada en tantos países del mundo por transacciones comerciales carentes de generosidad y compasión; y varios etcéteras más.

Y ¿cómo reaccionó el país? Con una operación que en un primer momento fue expresada por un lema orillando en blasfemia, "Justicia Infinita", que parecía implicar que la guerra a desatarse habría de ser de naturaleza religiosa--pero modificado el 25 de setiembre por Don Rumsfeld, ministro de defensa del país, a "Libertad Perdurable". ¿Alguna expresión de arrepentimiento colectivo? Tristemente, no. Numerosos servicios religiosos, excelentemente organizados, pero a los pocos predicadores que se atrevieron a utilizar la palabra "arrepentimiento" se los criticó tan acerbamente que terminaron disculpándose en público por haberla utilizado.

¿Justificamos el horroroso atentado perpetrado por los terroristas? ¡De ninguna manera! No tiene justificativo alguno, nunca. ¿Merecían los Estados Unidos lo que experimentaron? ¿Cómo podríamos siquiera sugerir tal cosa? Volviendo a la pregunta ¿tuvo Dios participación en lo que ocurrió? No sería ni prudente ni razonable negarlo, porque es El quien lleva la cuenta de las naciones; y como lo expresara Isaías, cuando "hay juicios Tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia" (26:9).

Continuará

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