El que tiene oidos, oiga: EL SELLAMIENTO DEL PUEBLO DE DIOS

sábado, 18 de julio de 2009

EL SELLAMIENTO DEL PUEBLO DE DIOS

Apoc 7: 1-3:
1Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 2Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, 3diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

¿Qué nos tiene que decir el Espíritu de profecía sobre el sellamiento aquí presentado?

Una Visión del Sellamiento
“Vi a cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla. Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo remanente, y alzando las manos exclamó con voz de profunda piedad: "¡Mi sangre, Padre; mi sangre, mi sangre, mi sangre!" Entonces vi que Dios, sentado en el gran trono blanco, emitía una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi a un ángel comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor que cumplir en la tierra, y agitando algo en su mano, clamó en alta voz: " ¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente".
“Le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía, y qué iban a hacer los cuatro ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades, y que ponía sus ángeles a cargo de lo que ocurría en la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos; pero que mientras estaban aflojando las manos, y cuando los cuatro vientos estaban por soplar, los misericordiosos ojos de Jesús vieron al pueblo remanente todavía sin sellar, y alzando las manos hacia su Padre intercedió ante él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuencia se le mandó a otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro ángeles que retuvieran los vientos hasta que los siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello del Dios vivo”. (Notas Biográficas, 127 - 130)
“Los ángeles están rodeando el mundo, negándole a Satanás sus pretensiones de supremacía proclamadas debido a la vasta multitud de sus adherentes. No oímos sus voces, no vemos con la vista natural la labor de esos ángeles, pero sus manos están unidas alrededor del mundo, y con vigilancia incesante están manteniendo a raya a las huestes de Satanás hasta que concluya el sellamiento del pueblo de Dios.”(En los lugares celestiales”, p. 98)

¿En qué consiste el sello de Dios en la frente de sus escogidos?

“Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en la frente (no se trata de un sello o marca visible, sino de una afirmación intelectual y espiritual en la verdad, del cual será imposible desviarlos), tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado y preparado para el zarandeo, éste se producirá. En realidad, ya ha comenzado. Los juicios de Dios se hallan ya sobre la tierra para darnos advertencia a fin de que podamos saber lo que nos espera.” (Maranata, 358)

El sellamiento, ¿es anterior o posterior a derramamiento del Espíritu Santo?

“Antes que sea completamente terminada la obra y finalice el sellamiento del pueblo de Dios, recibiremos el derramamiento del Espíritu Santo de Dios. Ángeles del cielo estarán en nuestro medio.”(Maranata, 359)

¿Qué relación tiene con el mandamiento del Sábado?

“El sello del Dios viviente se coloca sobre aquellos que con plena conciencia guardan el día de reposo de Jehová.-7CBA 991 (1897).
Los que quieran tener el sello de Dios en sus frentes deben guardar el día de reposo del cuarto mandamiento. -7CBA 981 (1899).
La verdadera observancia del día de reposo es la señal de lealtad a Dios.-7CBA 992 .
De los Diez Mandamientos, sólo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, el Creador de los cielos y la tierra.-6T 350 (1900).
La observancia del monumento conmemorativo del Señor, el día de reposo instituido en el Edén, el día de reposo del séptimo día, es la prueba de nuestra lealtad a Dios.-Carta 94, 1900.
Se pone una señal sobre cada uno de los hijos de Dios tan ciertamente como fue colocada una marca sobre las puertas de los hogares de los hebreos para librar a ese pueblo de la ruina general. Dios declara: "Les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico" [Eze. 20:12].-7CBA 980 (1900). (EUD 224)

¿Qué relación tiene con el carácter?

“El sello del Dios viviente sólo será colocado sobre los que son semejantes a Cristo en carácter.- 7CBA 981 (1895).
Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia, deben reflejar plenamente la imagen de Jesús.-PE 71 (1851).
El sello de Dios no será nunca puesto en la frente de un hombre o una mujer que sean impuros. Nunca será puesto sobre la frente de seres humanos ambiciosos y amadores del mundo. Nunca será puesto sobre la frente de hombres y mujeres de corazón falso o engañoso. Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios y ser candidatos para el cielo.-2JT 71 (1882).
El amor se expresa en la obediencia, y el amor perfecto echa fuera el temor. Los que aman a Dios, tienen el sello de Dios en la frente, y obran las obras de Dios.-HH 53 (1894).
Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los favorecidos que recibirán el sello del Dios vivo.-TM 445 (c. 1886).
¿Estamos luchando con todas las facultades que Dios nos dio para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez mayor, en procura 226 de la perfección de su carácter? Cuando los siervos de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel registrador declarará: "Consumado es". Serán completos en él los que le pertenezcan por creación y por redención.-3MS 488 (EUD, 225, 226)

¿Qué ocurrirá cuando los cuatro ángeles suelten los vientos?

“Estos ángeles circundan "al mundo... Están reprimiendo a los ejércitos de Satanás hasta que se haya terminado el sellamiento del pueblo de Dios... Se les da la tarea de mantener a raya el furioso poder de aquel que ha descendido como león rugiente, buscando a quien devore" (EGW, Material Suplementario, com. cap. 5:11). Cuando se haya completado la obra del sellamiento, entonces Dios dirá a los ángeles: "No lidiéis más con Satanás en sus esfuerzos por destruir. Dejadlo que manifieste su malignidad sobre los hijos de la desobediencia, porque la copa de la iniquidad de ellos está llena" (EGW, RH 17-9-1901; cf. 6T408).
Cuando los cuatro ángeles dejen finalmente de retener y controlar los impíos designios de Satanás, "los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención, se desencadenarán. El mundo será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén" (CS 672). (7CBA 797)

¿Qué trata de hacer Satanás mientras no puede perseguir violentamente a los hijos de Dios en este tiempo del sellamiento?

“Satanás está utilizando ahora, en este tiempo de sellamiento, todos sus ardides para mantener alejados los pensamientos de los hijos de Dios de la verdad presente, y hacerlos vacilar.. . . Vi que Satanás estaba trabajando . . .para confundir, engañar y extraviar al pueblo de Dios, ahora mismo, en el tiempo del sellamiento. Vi que algunos no estaban asentados con firmeza en la verdad presente. Sus rodillas temblaban, y sus pies resbalaban porque no estaban afirmados en la verdad . . .
Satanás está empleando todas sus artimañas para mantenerlos donde están, hasta que haya pasado el sellamiento, hasta que la cortina sea extendida sobre el pueblo de Dios, y los dejará sin refugio de la ardiente ira de Dios durante las siete últimas plagas. Dios ha comenzado a extender la cortina sobre su pueblo, y pronto estará extendida sobre todos los que han de tener su amparo en el día de la destrucción. Dios obrará con poder en favor de su pueblo; y a Satanás le será permitido obrar.-PE 44. (“Hijos e hijas de Dios”, p. 345)

¿Qué relación tiene con el fin del tiempo de gracia?

El tiempo de gracia termina cuando se completa el sellamiento
“Precisamente antes de que entráramos en él [el tiempo de angustia], todos recibimos el sello del Dios viviente. Entonces vi que los cuatro ángeles dejaron de retener los cuatro vientos. Y vi hambre, pestilencia y espada, nación se levantó contra nación, y el mundo entero entró en confusión.-7CBA 979 (1846).
“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el arca de los Diez Mandamientos, dejó caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: "Consumado es".-PE 279 (1858).
“Queda, por así decirlo, solamente un momento de tiempo. Pero aunque ya se levanta nación contra nación, y reino contra reino, no hay todavía conflagración general. Todavía los cuatro vientos son retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces las potencias de la tierra ordenarán sus fuerzas para la última gran batalla.-2JT 369 (1900).
“Un ángel que regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han recibido 'el sello del Dios vivo". Entonces Jesús dejará de interceder en el santuario celestial. Levantará sus manos y con gran voz dirá- "Hecho es".-CS 671. (EUD 233)

EL SELLAMIENTO Y LA VISIÓN DE EZEQUIEL

¿Qué graves hechos ocurrían en Jerusalén en tiempos del profeta Ezequiel?

Ezequiel cap. 8:
1En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí la mano de Jehová el Señor. 2Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente. 3Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. 4Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo.
5Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. 6Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.
7Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared un agujero. 8Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. 9Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allí. 10Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. 11Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. 12Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. 13Me dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos.
14Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. 15Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas.
16Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. 17Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices. 18Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré. (Ez 8: 1 – 18)

Mientras estas abominaciones eran cometidas, ¿cuál era la actitud de los fieles, y la reacción divina?

Ezequiel cap 9: 1 – 5:
1Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir. 2Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.
3Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano, 4y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. 5Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. 6Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo. Ez 9: 1 – 5.

¿Cuál actitud de los dirigentes israelitas era lo que más ofendía al Señor?

Ezequiel 9: 9, 10
9Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad; porque han dicho: Ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve. 10Así, pues, haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer el camino de ellos sobre sus propias cabezas. Ez 9: 9, 10

En el capítulo titulado “El Sello de Dios”, en las páginas 62 – 71 del tomo 2 de Joyas de los Testimonios, E. de White aplica Ezequiel 8 y 9 al sellamiento del pueblo de Dios de los últimos días. De ese capítulo extraeremos algunos párrafos significativos:

“Jesús está por abandonar el propiciatorio del santuario celestial, para ponerse vestiduras de venganza, y derramar su ira en juicio contra aquellos que no han respondido a la luz que Dios les ha dado. . .
“Con infalible exactitud, el Ser Infinito sigue llevando una cuenta con todas las naciones. Mientras ofrece su misericordia, con invitaciones al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, comienza el ministerio de su ira. La cuenta se cierra. Cesa la paciencia divina. Entonces ya no intercede la misericordia en su favor. . .
“Pero lo que me hace temblar es el hecho de que aquellos que han tenido la mayor luz y los mayores privilegios han sido contaminados por la iniquidad prevaleciente. Bajo la influencia de los injustos que los rodean, muchos, aun de entre los que profesan la verdad, se han enfriado y son arrastrados por la fuerte corriente del mal. El desprecio universal en que se tiene la verdadera piedad y santidad, induce a los que no se relacionan estrechamente con Dios a perder la reverencia a su ley. Si estuviesen siguiendo la luz y obedeciendo de todo corazón a la verdad, esta santa ley les parecería aún más preciosa cuando tanto se la desprecia y desecha. A medida que la falta de respeto por la ley de Dios se vuelve más manifiesta, se hace más distinta la raya de demarcación entre sus observadores y el mundo. El amor hacia los preceptos divinos aumenta en una clase de personas en la medida en que en otra clase aumenta el desprecio hacia ellos.
“La crisis se está acercando rápidamente. Las cifras que suben velozmente demuestran que está por llegar el tiempo de la visitación de Dios. Aunque le repugna castigar, castigará sin embargo, y lo hará prestamente. Los que andan en la luz verán señales de un peligro inminente; pero no han de permanecer sentados en tranquila y despreocupada espera de la ruina, consolándose con la creencia de que Dios protegerá a su pueblo en el día de la visitación. Lejos de ello. Deben comprender que es su deber trabajar diligentemente para salvar a otros, esperando en Dios con fe vigorosa para obtener ayuda. "La oración del justo, obrando eficazmente puede mucho." (Sant. 5: 16.)
“La levadura de la piedad no ha perdido todo su poder. En el tiempo en que son mayores el peligro y la depresión de la iglesia, el pequeño grupo que se mantiene en la luz estará suspirando y clamando por las abominaciones que se cometen en la tierra. Pero sus oraciones ascenderán más especialmente en favor de la iglesia, porque sus miembros están obrando a la manera del mundo.
“No serán vanas las oraciones de estos pocos fieles. Cuando el Señor salga como vengador, vendrá también como protector de todos aquellos que hayan conservado la fe en su pureza y se hayan mantenido sin mancha del mundo. Será entonces el tiempo en que Dios prometió vengar a sus escogidos que claman día y noche, aunque sea longánime con ellos.
“La orden es: "Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella." (Eze. 9: 4) Estos que suspiran y lloran han estado ofreciendo las palabras de vida; han reprendido, han aconsejado y suplicado. Algunos de los que estaban deshonrando a Dios se han arrepentido y han humillado su corazón delante de él. Pero la gloria del Señor se ha apartado de Israel; aunque muchos perseveraban en las formas de la religión, faltaban el poder y la presencia de Dios.
“En el tiempo en que su ira se manifieste con castigos, estos humildes y consagrados discípulos de Cristo se distinguirán del resto del mundo por la angustia de su alma, expresada en lamentaciones y lloros, reproches y amonestaciones. Mientras que otros procuran arrojar un manto sobre el mal existente, y excusar la gran impiedad que prevalece por doquiera, los que tienen celo por el honor de Jehová y amor por las almas no callarán para obtener el favor humano. Sus almas justas se afligen día tras día por las obras y conversaciones profanas de los impíos. Son impotentes para detener el torrente de la iniquidad; de ahí que se llenen de pesar y alarma. Lloran delante de Dios al ver la religión despreciada en los mismos hogares de aquellos que han tenido gran luz. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay orgullo, avaricia, egoísmo y engaño de casi toda clase. El Espíritu de Dios, que inspira la reprensión, es pisoteado, mientras triunfan los siervos de Satanás. Dios queda deshonrado, la verdad anulada.
“Aquellos que no sienten pesar por su propia decadencia espiritual ni lloran sobre los pecados ajenos quedarán sin el sello de Dios. El Señor ordena a sus mensajeros, los hombres que tienen las armas de matanza en la mano: "Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo." (Eze. 9: 5, 6.)
“Aquí vemos que la iglesia, el santuario del Señor, era la primera en sentir los golpes de la ira de Dios. Los ancianos, aquellos a quienes Dios había brindado gran luz, que se habían destacado como guardianes de los intereses espirituales del pueblo, habían traicionado su cometido. Habían asumido la actitud de que no necesitamos esperar milagros ni la señalada manifestación del poder de Dios como en tiempos anteriores. Los tiempos han cambiado. Estas palabras fortalecen su incredulidad, y dicen: El Señor no hará bien ni mal. Es demasiado misericordioso para castigar a su pueblo. Así el clamor de paz y seguridad es dado por hombres que no volverán a elevar la voz como trompeta para mostrar al pueblo de Dios sus transgresiones y a la casa de Jacob sus pecados. Estos perros mudos que no querían ladrar, son los que sienten la justa venganza de un Dios ofendido. Hombres, jóvenes y niñitos, todos perecen juntos.”

Los peores pecados
“Las abominaciones por las cuales los fieles suspiraban y lloraban, eran todo lo que podían discernir los ojos finitos; pero los pecados mucho peores, los que provocaron los celos del Dios puro y santo, no estaban revelados. El gran Escrutador de los corazones conoce todo pecado cometido en secreto por los obradores de iniquidad. Estas personas llegan a sentirse seguras en sus engaños, y a causa de la longanimidad del Señor dicen que no ve, y luego actúan como si hubiese abandonado la tierra. Pero él descubrirá su hipocresía, y revelará a otros esos pecados que ellos ocultaban con tanto cuidado.
“Ninguna superioridad de jerarquía, dignidad o sabiduría humana, ningún cargo sagrado, impedirán a estos hombres que sacrifiquen los principios cuando sean abandonados a su propio corazón engañoso. Los que fueron considerados como dignos y justos resultan ser los caudillos de la apostasía y dan ejemplos de indiferencia y abuso de las misericordias de Dios. Ya no tolerará él su conducta impía, y en su ira, obra con ellos sin misericordia. (2JT, 62 – 66)

¿Cuándo se realizará este castigo sobre los que así hayan traicionado cometidos sagrados, y en qué consistirá?

“El día de la venganza de Dios está por sobrecogernos. El sello de Dios será puesto únicamente sobre las frentes de aquellos que suspiran y lloran por las abominaciones que son cometidas en la tierra. Los que simpatizan con el mundo, comen y beben con los borrachos, serán destruidos con los que hacen iniquidad. "Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones: pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen mal." (1 Ped. 3: 12.)
“Nuestra propia conducta determina si recibiremos el sello del Dios viviente, o si seremos abatidos por las armas destructoras. Ya han caído sobre la tierra algunas gotas de la ira divina; pero cuando se derramen las siete últimas plagas sin mixtura en la copa de su indignación entonces será para siempre demasiado tarde para arrepentirse y hallar refugio. No habrá entonces sangre expiatoria que lave las manchas del pecado”. (2JT 67)

Otro comentario inspirado sobre estos capítulos los encontramos en el tomo 1 de “Joyas de los Testimonios”, páginas 334 - 335:

“El verdadero pueblo de Dios, que toma a pecho el espíritu de la obra del Señor y la salvación de las almas, verá siempre al pecado en su verdadero carácter pecaminoso. Estará siempre de parte de los que denuncian claramente los pecados que tan fácilmente asedian a los hijos de Dios. Especialmente en la obra final que se hace en favor de la iglesia, en el tiempo del sellamiento de los ciento cuarenta y cuatro mil que han de subsistir sin defecto delante del trono de Dios, sentirán muy profundamente los yerros de los que profesan ser hijos de Dios. Esto lo expone con mucho vigor la ilustración que presenta el profeta acerca de la última obra, bajo la figura de los hombres que tenían sendas armas destructoras en las manos. Entre ellos había uno vestido de lino que tenía a su lado un tintero. "Y díjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella." (Eze. 9:4.)
“El prejuicio que se ha levantado contra nosotros porque hemos reprendido los males cuya existencia Dios me reveló, y la acusación que se ha suscitado de que somos duros y severos, es injusta. Dios nos ordena hablar, y no queremos callar. Si hay males evidentes entre su pueblo, y si los hijos de Dios los pasan por alto con indiferencia, en realidad éstos sostienen y justifican al pecador, son igualmente culpables y causarán como aquél el desagrado de Dios, porque serán hechos responsables de los pecados de los culpables.”
(1JT 334, 335)

Finalmente, consideremos otro deber importante del pueblo de Dios en estos días del sellamiento: la advertencia acerca de los peligros del tiempo actual, las señales del fin y los movimientos tendientes a las inminentes leyes dominicales que traerán la persecución a los observadores del sábado:

Despertémonos y obremos
“Es necesario despertar al pueblo acerca de los peligros del tiempo actual. Los centinelas están durmiendo. Sufrimos años de atraso. Sientan los principales centinelas la urgente necesidad de prestar atención a sus propios casos, no sea que pierda las oportunidades que tienen de ver los peligros.
“Si los dirigentes de nuestras asociaciones no aceptan ahora el mensaje que Dios les envía, ni entran en acción, las iglesias sufrirán una gran pérdida. Si, al ver venir la espada, el atalaya toca la trompeta con sonido certero, las filas del pueblo harán repercutir la advertencia, y todos tendrán oportunidad de prepararse para el conflicto. Pero, con demasiada frecuencia, el caudillo ha estado vacilando y pareciendo decir: "No nos apresuremos demasiado. Puede haber un error. Debemos tener cuidado de no provocar una falsa alarma." La misma vacilación e incertidumbre de su parte clama: "Paz y seguridad." (1 Tes. 5: 3.) No os excitéis. No os alarméis. Se le da a esta cuestión de la enmienda religiosa más importancia de la que tiene. Esta agitación se apagará." En esta forma se niega virtualmente el mensaje enviado por Dios; y la amonestación que estaba destinada a despertar la iglesia no realiza su obra. La trompeta del atalaya no emite un toque certero, y el pueblo no se prepara para la batalla. Tenga el centinela cuidado, no sea que por su vacilación y demora, deje que las almas perezcan, y se le haga responsable de la sangre de ellas.
“Durante muchos años hemos sabido que se promulgaría una ley dominical en nuestro país; y ahora que el movimiento se ha producido preguntamos: ¿Cumplirá nuestro pueblo con su deber al respecto? ¿No podemos ayudar a enarbolar el estandarte y llamar al frente a los que tienen consideración por sus derechos y privilegios religiosos? Se está acercando rápidamente el momento en que los que prefieran obedecer a Dios antes que a los hombres sentirán la mano de la opresión. ¿ Deshonraremos entonces a Dios guardando silencio mientras que se pisotean sus santos mandamientos?
“Mientras que por su actitud el mundo protestante hace concesiones a Roma, despertémonos y comprendamos la situación, y consideremos la verdadera orientación de la contienda que nos espera. Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es verdad presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde estamos en la historia profética, y procuremos despertar el espíritu del verdadero protestantismo, haciendo sentir al mundo el valor de los privilegios de la libertad religiosa que se han disfrutado durante tanto tiempo.
“Dios nos invita a despertarnos, porque el fin se acerca. Cada hora que transcurre es hora de actividad en los atrios celestiales, para preparar en la tierra un pueblo que desempeñe un papel en las grandes escenas que están por sobrecogernos. Estos momentos que pasan, que nos parecen de tan poco valor, están cargados de intereses eternos. Están amoldando el destino de las almas para la vida eterna o la muerte eterna. Las palabras que pronunciemos hoy a oídos de la gente, las obras que hagamos, el espíritu del mensaje que proclamemos, serán un sabor de vida para vida, o de muerte para muerte.
“Hermanos míos, ¿comprendéis que vuestra propia salvación, como también el destino de otras almas, depende de los preparativos que hagáis para la prueba que nos espera? ¿Tenéis el celo intenso, la piedad y devoción que os capacitarán para subsistir cuando hayáis de hacer frente a la oposición? Si alguna vez Dios habló por mí, llegará el momento cuando seréis llevados ante concilios, y se criticará severamente todo punto de la verdad que sostenéis. El tiempo que tan pródigamente se desperdicia ahora, debiera dedicarse al encargo que Dios nos ha hecho de prepararnos para la crisis inminente.

Preparativos para la crisis

“Como nunca antes, la ley de Dios debiera ser amada y honrada por su pueblo fiel. Existe la más imperativa necesidad de inculcar en la mente y los corazones de todos los creyentes hombres y mujeres, jóvenes y niños, la recomendación de Cristo: "Escudriñad las Escrituras." (Juan 5: 39.) Estudiad vuestra Biblia como nunca la habéis estudiado antes. A menos que subáis a un nivel más elevado y santo en vuestra vida religiosa no estaréis listos para la aparición de nuestro Señor. Dios espera de su pueblo un celo, una fidelidad y una devoción correspondientes a la gran luz que le ha dado. Debe haber más espiritualidad, una consagración más profunda a Dios y un celo en su obra que nunca se ha alcanzado todavía. Debe dedicarse mucho tiempo a la oración, para que las vestidura de nuestro carácter sean lavadas y emblanquecidas en la sangre del Cordero.
“Debemos en forma especial, y con fe inquebrantable, pedir a Dios que dé ahora a su pueblo gracia y poder. No creemos que haya llegado plenamente el tiempo en que han de restringirse nuestras libertades. El profeta vio "cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol." Otro ángel que ascendía desde el oriente, clamó a ellos diciendo: "No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes." (Apoc, 7: 1, 3.) Esto señala la obra que tenemos que hacer ahora. Una gran responsabilidad incumbe a los hombres y mujeres que oran en todo el país, para que pidan a Dios que rechace la nube del mal, y nos conceda algunos años más de gracia en que trabajar para el Maestro. Clamemos a Dios para que sus ángeles retengan los cuatro vientos hasta que los misioneros sean enviados a todas partes del mundo y proclamen la amonestación contra los que desobedecen la ley de Jehová”. (1JT 322 – 325)

Que Dios bendiga a todo su pueblo en estos tiempos finales. Amén
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