El que tiene oidos, oiga: NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO VI

miércoles, 29 de julio de 2009

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO VI

Uno de los capítulos de contenido profético más extraordinarios de toda la Biblia es Apocalipsis 13. Como ya lo destacamos en los temas anteriores, este capítulo presenta toda la historia de la Iglesia Cristiana, más de 20 siglos ya, bajo las figuras de tres símbolos, representativos de otros tantos períodos. Como estos símbolos son referidos como "bestias", conviene recordar lo que ya dijimos en su oportunidad : No hay nada de insultante o peyorativo en el uso del término "bestia"–baste recordar que hasta el día de hoy son no pocas las naciones que se hacen representar bajo la forma de animales; lo mismo puede decirse, por ejemplo, de los dos partidos políticos tradicionales de los Estados Unidos, representados por un burro (Demócrata) y un elefante (Republicano).
¿Qué se quiere significar con el término "bestia" en Apocalipsis 13? Básicamente la unión del poder político y religioso, unión totalmente proscripta en el Nuevo Testamento. Son dos esferas que no deben ni superponerse ni combinarse, porque la religión o Iglesia favorecida por el Estado inevitablemente, tarde o temprano, se vuelve intolerante–el grave problema de la religión legislada, que siempre resulta en discriminación y persecución.
El cumplimiento del primer símbolo, el de la "bestia" marítima, se verificó cuando el Imperio Romano se volvió presuntamente cristiano–es decir, cuando se produjo la cristianización del Estado, o, lo que es lo mismo, la politización de la Iglesia. Esta nueva forma de Cristianismo se fue estableciendo a lo largo de unos 200 años, desde Constantino I el Grande (m. 337) a Justiniano I (m. 565). Al principio fue el Estado el que dominó a la Iglesia; pero las cosas fueron cambiando, y finalmente fue la Iglesia la que usó el poder del Estado a su discreción. ¿Cuál fue el resultado? El único que podía esperarse, sangrientas persecuciones contra los disidentes (Inquisición, Cruzadas, etc.) e interminables guerras de religión (¡qué contradicción en esta expresión!) contra cualquier soberano que se atreviera a cuestionar el control absoluto de la Iglesia. Es imposible calcular siquiera el número de víctimas ocasionado por la "bestia" marítima de Apocalipsis 13 :1-10, la Roma Cristiana o Iglesia politizada, durante los 1.260 de su hegemonía incuestionada (538 a 1798). En este último año la Iglesia perdió el poder de perseguir porque el Estado, en el estallido de ira contenida representado por la Revolución Francesa (1789 y posteriores) se lo arrebató.
Más o menos al tiempo cuando la Iglesia politizada habría de recibir esa "como herida de muerte" (Apocalipsis 13:3), haría su aparición la "bestia" terrestre, con "los cuernos semejantes a los de un cordero" (13: 11). Los Estados Unidos proclamaron su independencia en 1776, apenas 22 años antes de la terminación del período de los 1.260 años asignados al primer poder. Este país surgiría con las mejores garantías y posibilidades de ser siempre el paladín de las libertades, el gran refugio de los perseguidos por motivos de conciencia. Lamentablemente poco antes del fin de su historia habría de experimentar un cambio dramático, al punto de acercarse más y más al modelo de la Iglesia politizada, hasta transformarse en una copia carbónica, por así decirlo, de la misma.
Apocalipsis 13 revela y anticipa la notablemente triste secuencia, y cómo una cuestión de adoración estará a la base misma de la culminación del drama. Primero, Estados Unidos habría de llegar a ser la única superpotencia mundial, lo que ha ocurrido en nuestros días, preludio de su hablar "como dragón" (13:11). Segundo, todo el poder, globalizado en ese entonces, de los Estados Unidos se volcará a hacer que los hombres presten acatamiento y adoren al liderazgo de la Iglesia politizada (13: 12: "hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada") para ese entonces en proceso de rápida recuperación de la herida recibida en 1798. Tercero, esto habrá de obrar una metamorfosis radical en los Estados Unidos, transformando a esa nación protestante en una "imagen de la bestia" (13:15). Como tan bien lo expresara White, "Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola." "Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del Evangelio y al aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El resultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la ‘herejía.’ Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines." El Conflicto de los Siglos, pp. 496, 498.
¿Qué es lo que provocará semejante vuelco en los Estados Unidos? ¿Qué circunstancias llevarán a ese país a hablar "como dragón", cercenando las libertades que defendió tan denodadamente por tantos años? ¿Gravitarán de alguna manera en este cuadro los luctuosos sucesos del martes 11 de setiembre del 2001?

Continuará

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