El que tiene oidos, oiga: LECCIÓN DE SERVICIO

domingo, 26 de julio de 2009

LECCIÓN DE SERVICIO

Era en primavera.
La mañana hermosa, llena de perfume, de trino, de sol,
se infiltro alegre y gozosamente
dentro de los pliegues de mi corazón.

Y el maestro vino, me hablo quedamente
- ¿“Iras a mi campo como sembrador”?
Pero la mañana me llenaba el alma
Y dije - Maestro, no podría ir hoy.
Cuando primavera apague sus luces,
Cuenta con mi ayuda como sembrador”.

Era en el estío. La aurora nacía,
Y en su explosión de luz y color
Lo incendiaba todo con sus chispas de oro,
Todo lo cubría con regio capuz.

Y el maestro vino, y otra vez me dijo:
- ¿ “La semilla tierna no iras a cuidar”?
Pero era tan lindo, tan lindo el estío
Que dije sintiendo mi pecho cantar:
“Cuando el verano extinga su gloria
iré la semilla gozoso a cuidar".

Y llego el otoño. El primer rocío
Que cayo abundante sobre la amplia mies
Y puso en el aire su hálito sedante,
Con mano piadosa refresco mi sien.

De nuevo el maestro se acerco y me dijo:
- ¿Mi madura mies no iras a segar?“
Si no te retardas aun llegas a tiempo”
Mas dije: “Maestro, déjame quedar;
Cuando haya gustado la ambrosía de otoño
correré a tus campos y podré segar”.

El invierno vino. Todo estaba blanco.
Hacia mucho frío, no brillaba el sol,
La nieve y el hielo todo lo cubrieron;
Hasta se acercaron a mi corazón

Y entonces, entonces, voluntariamente
Me ofrecí al maestro, todo se lo di,
Todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
Todo bien precioso que habitara en mi.

Mas El, tristemente movió la cabeza.
- “Paso la cosecha - me dijo - solo hay
un poco de trigo que quedo a la espera
que tu, voluntario, fueraslo a juntar.

Y como no fuiste, aun esta en el campo,
Y fue tu descuido el que lo dejo.
El placer del año gustaste afanoso
Cuando yo llamaba, no oíste mi voz.
¿De que sirve ahora tu remordimiento?
y ¿Que será del trigo que no se junto?

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