No me mueve mi Dios, para quererte
El cielo que me tienes prometido
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte.
Tu me mueves, Señor, muéveme el verte
Clavado en una cruz y escarnecido,
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
Muéveme tu afrenta y tu muerte.
Muéveme al fin tu amor y en tal manera
Que aunque no hubiera cielo yo te amara
Y aunque no hubiera infierno te temiere.
No me tienes que dar porque te quiero
Pues aunque lo que espero no esperaba
Lo mismo que te quiero te quisiera.
ANÓNIMO
lunes, 27 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.