El que tiene oidos, oiga: julio 2009

miércoles, 29 de julio de 2009

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO X

En nuestro artículo de hoy trataremos de encontrar respuestas a algunos de esos interrogantes serios y delicados, que pugnan por dominar el pensamiento frente a las grandes catástrofes. En el mejor de los casos, debemos admitirlo con honradez y modestia, nuestras respuestas serán parciales, por la sencilla razón de que siempre tendremos que elaborarlas desde la limitada perspectiva humana. Pero al mismo tiempo, para quienes tomamos en serio la Palabra de Dios, el mirador se amplía considerablemente y comenzamos a ver más allá de lo inmediato y transitorio, una dimensión de seguridad y certeza que trasciende en mucho la precariedad de las meras opiniones humanas.

¿Es el Dios de los cristianos una divinidad indiferente y remota, o se reserva el derecho de intervenir en los asuntos humanos cuandoquiera Su sabiduría y Su bondad lo consideren necesario? La revelación que Dios hace de Sí mismo en la Biblia, excluye totalmente la primera de estas opciones. El Creador es también el Sustentador, y como tal tiene un interés constante en todo lo que ocurre en esta "isla rebelde", nuestro planeta. ("¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.", Mateo 10:29-31.)

¿Cómo interviene Dios? En palabras de Jeremías : "En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle" (18: 7-10). Esta es una verdad constantemente repetida en la Biblia : Dios lleva la contabilidad de las naciones, y aunque Su paciencia es a toda prueba, hay límites más allá de los cuales no les permite ir.

En palabras de esa pluma magistral que fue Elena G. de White : "Con infalible exactitud el Infinito sigue llevando cuenta con las naciones. Mientras ofrece Su misericordia, y llama al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, el ministerio de Su ira comienza. La cuenta se cierra. Cesa la paciencia divina. La misericordia ya no intercede en favor de aquellas naciones." Historia de los Profetas y Reyes, 269.

¿Interviene Dios en forma directa? A veces sí, como fueron los casos del Diluvio y de la destrucción de aquellas corruptas ciudades de la llanura, Sodoma y Gomorra. En otras ocasiones retira Su protección de quienes la rechazan, y permite que la ambición de otros hombres ejecuten Sus juicios, como ocurrió con el reino de Israel cuando el castigo de Dios le fuera aplicado por los Asirios : "Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas" (Isaías 10:5-7). ¿Significaron estas palabras que los excesos que pudiera cometer esa nación serían pasados por alto por Dios? No. "Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos" (verso 12).

Nuevamente de la misma autora : "Se me mostró que los juicios de Dios no vendrían sobre ellos directamente del Señor, sino de esta manera: Ellos se colocan más allá de su protección. El advierte, corrige, reprueba y señala el único camino seguro; luego, si aquellos que han sido el objeto de su cuidado especial siguen su propio curso, independientemente del Espíritu de Dios, tras repetidas amonestaciones; si eligen su propio camino, entonces El no encarga a sus ángeles que impidan los decididos ataques de Satanás contra ellos" Eventos de los Ultimos Días, 247. Mas aún : "Dios usará a sus enemigos como instrumentos para castigar a aquellos que hayan seguido sus propios caminos perniciosos, por los cuales la verdad de Dios ha sido tergiversada, juzgada equivocadamente y deshonrada." Ibid.

¿Con qué propósito castiga Dios? Tratando de llevar a la reflexión y al arrepentimiento. Trascendiendo los siglos y regresando a nuestros tiempos, ¿tuvo Dios alguna participación en los sucesos que todavía nos angustian? O enfocando las cosas desde otro ángulo ¿de qué podría tener que arrepentirse Estados Unidos? Aquí apenas podemos sugerir algunas pocas cosas, como de la siembra de corrupción moral y pornografía incontrolada de décadas de cinematografía; de la inconsistencia del gran negocio de la producción de armamentos (Estados Unidos es el mayor productor y distribuidor de armamentos en el mundo); del millón de abortos anuales; de la producción de tabaco y sus derivados, que siega anualmente casi 450.000 vidas en ese país (más de 1.200 por día)–¡como empequeñecen estas cifras la de las víctimas del penoso atentado del 11 de setiembre!; de la defensa del homosexualismo y del lesbianismo, específicamente condenados por Dios en Su Palabra (¡qué decir del desfile anual desafiante de 100.000 homosexuales en la ciudad de Nueva York!); de la producción y consumo de bebidas alcohólicas, responsable de miles de muertes cada día en los Estados Unidos; de la pobreza ocasionada en tantos países del mundo por transacciones comerciales carentes de generosidad y compasión; y varios etcéteras más.

Y ¿cómo reaccionó el país? Con una operación que en un primer momento fue expresada por un lema orillando en blasfemia, "Justicia Infinita", que parecía implicar que la guerra a desatarse habría de ser de naturaleza religiosa--pero modificado el 25 de setiembre por Don Rumsfeld, ministro de defensa del país, a "Libertad Perdurable". ¿Alguna expresión de arrepentimiento colectivo? Tristemente, no. Numerosos servicios religiosos, excelentemente organizados, pero a los pocos predicadores que se atrevieron a utilizar la palabra "arrepentimiento" se los criticó tan acerbamente que terminaron disculpándose en público por haberla utilizado.

¿Justificamos el horroroso atentado perpetrado por los terroristas? ¡De ninguna manera! No tiene justificativo alguno, nunca. ¿Merecían los Estados Unidos lo que experimentaron? ¿Cómo podríamos siquiera sugerir tal cosa? Volviendo a la pregunta ¿tuvo Dios participación en lo que ocurrió? No sería ni prudente ni razonable negarlo, porque es El quien lleva la cuenta de las naciones; y como lo expresara Isaías, cuando "hay juicios Tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia" (26:9).

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO I

Hay momentos en que la historia pareciera detenerse, vacilar como indecisa, y cambiar decididamente de rumbo. Desde el martes 11, en horas de la mañana, nuestro mundo dejó de ser lo que era cuando estalló, en forma totalmente sorpresiva, lo que ha dado en llamarse la Nueva Guerra, la primera guerra del siglo XXI, la guerra contra un enemigo sin rostro y sin patria definida. No se trata de una guerra como de las que podrían considerarse normales o comunes (en realidad de verdad, ninguna guerra es "normal" o "común"); no se trata de desembarcar tropas en las playas de algun país, o de invadir alguna isla, o de lanzar paracaidistas sobre puntos estratégicos, porque en esta ocasión el enemigo no está geográficamente circunscripto. Es que el terrorismo, tan móvil como quieran serlo quienes lo practican, no reconoce fronteras. Por eso, según los analistas, librar esta guerra a escala internacional, no se diferenciará mucho de pelear en la oscuridad o en medio de una niebla espesa; es decir, sin ver realmente las facciones del enemigo.
¡Tan reciente como lo es el 11 de setiembre, y, sin embargo, tan remoto ya! Así somos los seres humanos que vivimos en estos tiempos turbulentos: la tremenda impresión que pudiera provocarnos un acontecimiento hoy, tal vez es reemplazada mañana por un bostezo si alguien nos lo recuerda. El martes 11, a las 8.45 hora argentina, despegó del Aeropuerto de Boston un Boeing 767 con 92 pasajeros a bordo, correspondiente al vuelo 11 de American Airlines, y con destino a Los Angeles. Veinticinco minutos más tarde, a las 9.10 hora argentina, desde el mismo aeropuerto y con el mismo destino, hizo lo propio otro Boeing 767, correspondiente al vuelo 175 de United Airlines, con 65 pasajeros. Nada hacía suponer o presagiar que estos vuelos pudieran ser distintos de los habituales. Partieron hacia la costa Oeste de los Estados Unidos, ignorantes de que estaban llevando a bordo algunos pasajeros que se habían adiestrado como pilotos, pero que se habían negado a aprender cómo aterrizar esas gigantescas máquinas voladoras. Es que en estos vuelos no iba a ser necesario ese aspecto del adiestramiento.
Mientras tanto, a no mucha distancia al Sur de Boston, la enorme urbe neoyorquina se aprestaba a iniciar otra activísima jornada comercial, como lo eran habitualmente todas ellas. En la isla de Manhattan, más o menos a esa misma hora, comenzaba la actividad del día en ese verdadero hormiguero humano de no menos de 50.000 personas, representado por las torres gemelas del World Trade Center (Centro del Comercio Mundial). Enmarcadas por las calles Liberty, Church y Vesey, erguían sus 110 pisos, hermosas, enhiestas, seguras, a 419 m de altura, arquitectónica y tecnológicamente a prueba de los más severos terremotos. Nada, absolutamente nada, hacía pensar que ése pudiera ser un día diferente, ¡el día de la demolición de esas Torres, y de la muerte de miles de los que trabajaban en ellas!
Mientras tanto, y en forma totalmente sorpresiva, ya toda normalidad había desaparecido dentro de esos dos aviones, y ahora, a una velocidad de 900 km por hora se acercaba a las Torres una destrucción pavorosa. A las 9.45 el primero de estos aviones, secuestrado en pleno vuelo, hizo su impacto en el piso 80 de la Torre Norte, envolviendo en llamas los 30 pisos superiores; y a las 10.00, ante ojos que se desorbitaban ante lo que veían, tan irreal se les aparecía todo, el segundo de estos aviones impactó la Torre Sur, con resultados aun más catastróficos. Cincuenta y cinco minutos después del impacto se desplomaba la Torre Sur, y apenas 33 minutos más tarde ocurría lo mismo con la del Norte. Pero la apocalíptica destrucción no había cesado todavía en esa porción Suroriental de Manhattan. Algunas horas más tarde, a las 18.20 hora argentina, y sin haber sufrido impacto alguno, caía también el así llamado Edificio No. 7, torre de oficinas que se levantaba al otro lado de la calle Vesey, a corta distancia de la Torre Norte.
Mientras se producían estas tragedias, cuya descripción pareciera no lograr expresión apropiada en adjetivo alguno, otras dos, no menos pavorosas, se iban desarrollando algo más al Sur de las riberas del Hudson. Desde Washington había partido un Boeing 757, también hacia Los Angeles, el vuelo 77 de American Airlines, llevando a bordo 64 pasajeros y 7 tripulantes. Este vuelo tampoco iba llegar a su destino. Un grupo de piratas aéreos le impuso otro objetivo, el enorme edificio del Pentágono, el gran cerebro y músculo del potencial militar de la nación, con sus 117.555 m2, y sus 27 km de pasillos. El impacto se produjo a las 11.20 hora argentina, casi 2 horas después de aquel en la Torre Norte, y 1.20 horas después del que se incrustó con terrible violencia en la torre Sur.
Tristemente no habían terminado, sin embargo, los horrores de ese martes, ya que casi al mismo tiempo, otro Boeing 757, el vuelo 93 de United Airlines, de Newark a San Francisco, con 38 pasajeros y 7 tripulantes a bordo, veía alterado su destino final a California, desviado ahora ¡hacia la Casa Blanca!, la sede del poder ejecutivo de los Estados Unidos, o bien ¡hacia el Capitolio!, el nervio legislativo de los Estados Unidos. Si esos objetivos no fueron alcanzados fue porque un grupo de decididos pasajeros intentó infructuosamente retomar el control del aparato; minutos después, todos, secuestradores y pasajeros, morían al estrellarse el avión en un sitio despoblado entre Pittsburgh y Somerset, en el estado de Pennsylvania, a muy pocos kilómetros al Noreste de Washington.
¿Han vuelto desde entonces las cosas a su normalidad? No, mis amigos, nunca lo harán. Uno fue el mundo hasta el amanecer del martes 11; otro, muy distinto, desde el mediodía de ese martes. Pero ¿no será que estamos exagerando, sobredimensionando, lo ocurrido durante esa mañana? No, no es así. Vientos de guerra soplan ya sobre el planeta; y si en estos días parecieran haberse calmado un tanto las cosas, no nos engañemos, porque podría tratarse tan sólo de la calma engañosa que precede al pavoroso estallido de una temible tormenta.

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO II

Como lo comentábamos en nuestro primer artículo, el martes 11 de setiembre ppdo. una tragedia totalmente inesperada, y de una magnitud imposible de abarcar, transformó el presente en un pasado definitivo, y, por lo mismo, inexorablemente irrecuperable. Ese martes, en horas de la mañana, de una mañana hermosa, de buen sol y agradable temperatura, tanto en la selva de cemento, acero y cristal que se yergue impresionante sobre las orillas del Hudson, allá en la isla de Manhattan, como también en las arboladas orillas del Potomac, en la capital de la nación más poderosa del planeta, el curso de la historia se detuvo, vaciló por algunos momentos, y tomó un rumbo decidida y definitivamente diferente.
Lo que ocurrió ese día desafía seriamente cualquier capacidad de comprensión. Esta dificultad se hace ostensible en los análisis que de la situación trataron de ofrecer los medios informativos. Tan sólo parecían coincidir en los adjetivos con los que se esforzaban por caracterizarla, calificativos totalmente desusados en el medido y moderado lenguaje periodístico–lo que ocurrió ese martes fue referido como dantesco, infernal, apocalíptico, maquiavélico, diabólico, terrorífico, más propio de ciencia ficción que de realidad. En palabras de Manuel López Rodríguez: "Adiós ‘escudo antimisiles", ‘nucleares de bolsillo’, armas químicas, etc."; "algo emblemático a escala planetaria se ha quebrado de cuajo"; y continuó citando 2 Pedro 3:10, "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas", como anticipo de escenas apocalípticas mucho mayores que nos aguardan como humanidad, a la vuelta de la esquina, por así decirlo. ICPRESS Internacional, Sept. 14, 2001.
También están las posiciones de quienes se expresan acerca de lo ocurrido, algunas de ellas no exentas de incomprensibles hebras de crueldad, como reflejando una cierta satisfacción por lo experimentado por la gran nación del Norte. Pero al margen de cualquier preferencia geopolítica que podamos tener, el corazón no puede dejar de llorar ante el gigantesco dolor humano determinado por esas explosiones terriblemente destructivas. Es que tragedias de esta magnitud siempre tocan en forma definitiva las vidas de muchos, muchísimos individuos. Entre los muertos se encuentran latinoamericanos–realmente centenares de ellos–, y también europeos, asiáticos, australianos y africanos; 2.000 ciudadanos de no menos de un centenar de países, todos trabajando en las torres gemeral del World Trade Center. Realmente casi no hay rincón del planeta en el que no se estén derramando amargas lágrimas, tal vez en este mismo momento, alternadas por una ansiosa expectativa, ya casi totalmente evaporada, de alguna hipotética llamada telefónica testificando la emocionante noticia de algún milagro.
Al sufrimiento de esos días habrá de seguir, porque es totalmente inevitable, el trauma de lo irreparable, no solamente de vidas tronchadas por miles, sino también de cicatrices y mutilaciones deformantes; el trauma de profundas heridas psíquicas propias de esperanzas destrozadas; el trauma de la visión imborrable de cuerpos despedazados; el trauma de la impotencia ante lo definitivo; el trauma de una amarga ira contenida, que demanda, clama, exige venganza, retribución, represalia. El presidente Bush se refirió a lo ocurrido como un "acto de guerra", la "primera guerra del siglo XXI", y prometió a su pueblo una "respuesta victoriosa", aplastante, a la cobarde agresión. La Organización del Tratado del Atlántico Norte, formada por varias decenas de naciones, decidió apoyar a Estados Unidos en la búsqueda de una venganza "implacable." Es de hacer notar que el art. 5 de su Constitución establece que el ataque a una de ellas equivale a un ataque a todas. Las Provincias Internacional (Valencia), Septiembre 13, 2001. Es que, como escribió Rafael Gómez, desde Madrid, luego de intentar una comparación del desastre del martes con películas de ciencia ficción : "ni las mentes más excéntricas hubieran [podido] imagina[r]do a un ser humano capaz de planear una catástrofe de es[t]as dimensiones." ICPRESS Internacional, Septiembre 14, 2001. En otro de sus párrafos, Gómez añadió : "La civilización occidental vivió ayer una trágica jornada de la que será difícil reponerse. Por actos mucho más insignificantes que estos, han comenzado guerras de consecuencias planetarias." Ibid. Y todavía más, en sus palabras : "Se avecinan guerras de religión."
La confrontación sorpresiva con el shock de esta transición involuntaria, despedazó toda normalidad, tornando vana cualquier esperanza de un retorno a cómo eran las cosas antes de ese martes. El martes lo normal fue destruido por la transición; y ahora sólo resta tratar de imaginar cómo será la nueva normalidad, indudablemente muy diferente de la anterior, y esforzarse al máximo por ajustarse a ella en la forma menos traumática posible. Desde ese aciago día un gran signo de interrogación, como de monstruosas dimensiones antediluvianas, ha reemplazado la habitual normalidad de un ayer de "paz y seguridad", que sencillamente se esfumó. A poco de la tragedia un experto estadounidense declaró : "Esto es el Apocalipsis. El mundo cambiará a partir de hoy [refiriéndose al martes 11] ." Las Provincias Internacional (Valencia), Septiembre 13, 2001.
Tal vez hemos visualizado mentalmente a miembros de una familia despidiéndose ese día por la mañana a la entrada de uno de los dos aeropuertos, sin siquiera imaginar que el abrazo y el beso del "adiós" habrían de ser los últimos en darse o recibirse. O tal vez vino a nuestra mente alguno de esos intercambios de palabras que nunca debieran darse entre esposos, precisamente a la hora del desayuno de ese día, con el esposo levantándose abruptamente de la mesa, tomando su portafolio y alejándose con un portazo. Mientras lo imaginamos apresurándose para llegar a tiempo al aeropuerto, hasta casi pareciera como que hubiéramos podido oirlo diciéndose a sí mismo, "¡Ah, qué mal estuve! Apenas llegue a Los Angeles, la llamaré por teléfono para pedirle perdón; le diré cuánto la amo, y cuán vacío resultaría mi mundo sin ella." Buena intención; pero ¿habría de llegar ese avión a Los Angeles? ¡Cuán importante es amar a "nuestros amados" ahora! ¿Cómo podríamos atrevernos a salir hacia el trabajo sin abrazar a nuestra esposa y a nuestros hijos? No dejemos pasar ninguna oportunidad de manifestar afecto y cariño, porque bien podría ocurrir que esa oportunidad nunca más volviera. Y ¡cuánto más cuando vemos cuán vertiginosamente va despareciendo todo vestigio de normalidad!

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO III

Uno fue el mundo hasta el amanecer del día 11 de setiembre; y otro, muy distinto, desde el mediodía de ese martes. La verdad es que nunca podrá volver a ser lo que fue hasta ese día. Tony Blair, en su discurso del miércoles 3 de octubre ante el plenario el Partido Laborista de Inglaterra, lo expresó con notable percepción : el comienzo del Nuevo Milenio fue tan sólo un momento en el tiempo, pero lo ocurrido ese martes 11 de setiembre ha marcado el comienzo de una nueva época, totalmente distinta de todas las anteriores. En otras palabras, el mundo ha sido sorpresivamente empujado a ella sin contar con precedentes de los cuales derivar alguna orientación. Sí, es cierto; como humanidad se nos ha forzado a aventurarnos en un terreno desconocido e inhóspito, del cual no hay mapas, y con todas las brújulas irreparablemente dañadas. La única solución, según el Primer Ministro Blair, está en lograr la formación de una única comunidad mundial, una gran hermandad internacional hacia la cual deberá orientarse el gran sueño de la globalización o universalización. (Salvando algunas diferencias, se nos ocurre que Karl Marx no se habría sentido excesivamente incómodo escuchando a Blair en la entusiasta presentación de su utopía.
¡Cuánto más podría decirse y comentarse acerca de toda esta angustiante situación internacional! Sin embargo, quisiéramos incursionar en aquello que va más allá de lo inmediato, que supera lo meramente anecdótico. Dejando de lado las preferencias geopolíticas que personalmente pudiéramos tener, necesitamos ver las cosas desde una perspectiva más amplia, desde un mirador más objetivo, el único realmente válido, la perspectiva del Gran Conflicto. Todo lo demás es accesorio, signado por el sello de la intrascendencia, de lo pasajero y efímero.
Los Estados Unidos subieron al escenario histórico en 1776, como resultado de la unión de las 13 colonias británicas que formaban por aquel entonces la así llamada Nueva Inglaterra. Un siglo después de su independencia la nación aún no había alcanzado relevancia especial alguna; es más, la cruenta Guerra Civil (1861-1865) había segado en lucha fratricida 650.000 vidas jóvenes, la flor y nata del futuro del país. Si no hubiera sido por el gran influjo de inmigrantes procedente de Europa, que se registró durante las últimas décadas del siglo XIX, muy otra habría sido la trayectoria histórica de la nación, postrada como había quedado por esa guerra intestina.
Hacia fines de ese mismo siglo XIX, cuando las naciones más importantes del mundo, las así llamadas Cuatro Grandes, eran Inglaterra, Rusia, Prusia y Austria, los Estados Unidos se debatían aun en combates aparentemente interminables con los indios. Fue recién después de trascurridos algunos años, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cuando el país del Norte comenzó a hacer sentir su presencia, aunque modesta todavía–de hecho, cuando Adolf Hitler tomó el poder en Alemania (1933), el ejército de los Estados Unidos apenas ocupaba el lugar No. 16 entre las fuerzas armadas del mundo.
Vino entonces la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Las notables victorias que lograron las fuerzas estadounidenses en todos los frentes le aseguraron a ese país un escaño de honor entre las naciones del mundo, al punto de que no se oyeron objeciones serias a la propuesta de levantar el magnífico edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. La gloria de aquellos días llevó a los Estados Unidos a enredarse en dos conflictos bélicos que les resultaron desastrosos, a enorme distancia de sus playas y en defensa de gentes cuyos idiomas no comprendían, océano Pacífico de por medio, las guerras de Corea (1951-1953) y de Vietnam (1954-1975). Entre tanto la Unión de las Repúblicas Soviético Socialistas, es decir, Rusia, se iba perfilando como la única potencia mundial de consideración.
Pero las cosas comenzaron a experimentar un marcado cambio en la década de 1980. Los decesos de los últimos vetustos patriarcas del Comunismo, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov y Konstantin Chernenko, en sorprendentemente rápida sucesión entre 1982 y1985, y el ascenso al poder, en el último de estos años, de un líder joven e idealista, Mikhail Gorbachev, marcaron el comienzo del precipitado eclipsamiento del Comunismo (1989). Menos de dos años más tarde, la fulminante y señalada victoria de los Estados Unidos en la así llamada Guerra del Golfo, de apenas seis semanas de duración (enero-febrero de1991), convirtieron a esta nación en la única única ¡absolutamente única! superpotencia mundial.
Es natural entonces que nos interese, y muy vivamente, el futuro de esta gran nación. ¿Por qué? Porque, en las memorables palabras de Lord Actin, el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Si algo nos enseña la Historia es que ninguna nación que alcanzó el poder pudo sustraerse del cumplimiento inexorable de esta regla. Es por eso mismo que un verdadero hijo de Dios nunca debiera colocar una confianza absoluta en algun poder o sistema humanos. ¿Por qué? Porque no hay poder humano que el gran enemigo de Dios y de la felicidad de hombres y mujeres no pueda eventualmente infiltrar y dominar. La gran pregunta ahora es ¿qué ocurrirá a la vuelta de unos pocos años más con la gran nación del Norte? ¿Podrá escapar a la inexorabilidad de esta regla? Por todas las evidencias, los Estados Unidos iban en camino de convertirse en algo así como custodios definitivos de las libertades y derechos humanos; pero los eventos del martes 11 parecieran haber marcado el comienzo de un cambio radical de dirección en el rumbo de esa nación–es que las circunstancias parecen estar empujándola hacia un cercenamiento paulatino del ejercicio precisamente de esas libertades.
¿Qué es lo que se está gestando en el gran matrax de la Historia? Mucho más allá de meras opiniones o preferencias personales ¿tiene algo para decirnos sobre este tema la Palabra de Dios? Sí, allí está, en Apocalipsis capítulo13, el tema de nuestro próximo artículo.

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO IV

Concluimos nuestro artículo anterior con un serio interrogante : "¿Qué es lo que se está gestando en el gran matraz de la Historia? Mucho más allá de meras opiniones o preferencias personales ¿tiene algo para decirnos sobre este tema la Palabra de Dios? Sí, allí está, en Apocalipsis capítulo13, el tema de nuestro próximo artículo." Con esta introducción, comencemos a adentrarnos en este capíulo tan significativo. Lo que sigue requiere una lectura cuidadosa como condición para comprenderlo.
Apocalipsis 13 cubre con magníficas y precisas pinceladas simbólicas toda la Era Cristiana, desde los tiempos del Imperio Romano hasta la crisis final por la que tendrá que pasar el pueblo de Dios, o como lo refiere el mismo libro, el Remanente del pueblo de Dios, justamente antes del regreso del Señor. Tres son sus símbolos básicos, y al referirnos a ellos utilizaremos un término que a veces ocasiona alguna molestia, pero es el que usa San Juan en su descripción, "bestia", es decir, un animal feroz. Conviene recordar, sin embargo, que nada hay de insultante en la expresión, ya que se trata tan sólo de símbolos.
Estos son los tres extraños símbolos mencionados en el capítulo : (a)Una "bestia" o animal marítimo, dotada de siete cabezas y diez cuernos; (b)Una "bestia" o animal terrestre, "con dos cuernos semejantes a los de un cordero;" y (c)Una "imagen a la bestia," que en corto tiempo habrá de transformarse en "imagen de la bestia", levantada por la segunda bestia simbólica en homenaje a la primera. ¿Se pueden identificar los poderes así representados? No ofrecen mayores problemas de comprensión cuando se los explora a la luz de la Historia.
Los versículos 1 a 10 del capítulo 13, enumeran 8 rasgos distintivos claramente identificatorios de la primera "bestia", la bestia a la que nos refrimos como marítima : ¿Cuáles son esas ocho características? Primera, contestando la pregunta del ¿dónde?, habría de hacer su aparición emergiendo del mar, surgiendo de tierras bien pobladas, como lo indica el símbolo del "mar (en los mensajes de los profetas el mar es siempre símbolo de pueblos, naciones, multitudes; en este caso, de las tierras pobladas de Europa).
Segunda, respondiendo al interrogante del ¿cómo?, estaría animada por el mismo espíritu y los mismos móviles del "dragón" del capítulo 12, identificado en 12:9 como "el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero." Tan identificada estaría con el "dragón" que se la describe con su mismísimo aspecto, "siete cabezas y diez cuernos." En síntesis, el "dragón" desempeñaría un papel protagónico de la "bestia" marítima.
Tercera, ¿cuándo habría de surgir? Esta primera bestia del capítulo 13 refleja los tiempos de transición de la Roma Pagana a la Roma Cristiana. ¿Cómo lo sabemos? Por tres declaraciones del capítulo. La primera, "la bestia . . . era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león" (v. 2) No puede haber dudas de que se trata de la misma cuarta "bestia" de Daniel 7, símbolo del Imperio Romano. Las tres "bestias" previamente mencionadas en Daniel 7, león, oso y lepardos, son referidas aquí en orden inverso–leopardo oso y león, Sin embargo, la del cap. 13 no es ni el "león" (Babilonia), ni el "oso" (Medopersia), ni el "leopardo" (Grecia-Macedonia), sino la inmediatamente posterior al leopardo simbólico, es decir, el poder que habría de suceder al Imperio Greco-Macedónico, Roma. La segunda declaración, "el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad" (v. 2). No habría ninguna interrupción histórica o cronológica entre una Roma y la otra. De la descripción resulta claro que el poder, autoridad y hasta la capital de la primera Roma, la pagana, habrían de ser eventualmente transferidos por el "dragón" a la nueva Roma, que habría de surgir de entre las ruinas de la primera Roma, la pagana. La tercera, la nueva Roma sería un poder blasfemo: el dragón le "dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; . . . blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo" (v v. 5, 6).
La cuarta característica, refuerza la respuesta a las preguntas del ¿dónde? y del ¿cuándo? y surge de la ubicación de las coronas sobre los diez cuernos–no otra cosa que la anticipación de la división del Imperio Romano de Occidente entre numerosas naciones ("diez" es un número redondo, no necesariamente exacto). Esto apunta a eventos que habrían de ocurrir después del año 476, el año cuando desapareció el Imperio Romano de Occidente. Quinta, ¿por cuánto tiempo? La especificación de un período de actuación incontestada de la nueva Roma, luchando por imponerse sobre todo otro poder, aparece indicado como--"se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses" o 1.260 días proféticos o años literales; este período, como tan claramente lo indica la Historia, se extendió entre los años 538 y 1798 (v. 5). Sexta, ¿qué habría de caracterizar su actuación durante esos 1.260 años, "se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos"–es decir, los verdaderos hijos de Dios habrían de ser tenazmente perseguidos por su fe (v. 7).
Séptima, ¿hasta cuándo duraría esa despiadada persecución? Hats que una de sus cabezas, la 5a., recibiera una "como herida de muerte" (v. 3), referida también como un período de "cautividad" (v. 10), que se extendió desde cuando la Roma Cristiana perdió su poder, en 1798, hasta cuando comenzó a recuperarlo de nuevo, especialmente a partir de 1929. Contra todo lo previsible, la "bestia" herida habría de experimentar una recuperación milagrosa, asombrosa, y de alcance mundial, planetario, al punto de concitar adoración universal (vv. 7, 8). Y octava, ¿cuáles habrían de ser los resultados o consecuencias? La recepción de esa herida en una de sus cabezas, no solamente pondría fin a esa larga persecución de 1.260 años, sino que haría posible el surgimiento del "remanente" final de Dios, al cual se lo describe gloriosamente como, "Aquí [inmediatamente después de 1798] está la paciencia [necesidad de un tiempo de espera] y la fe [mejor, "fidelidad"] de los santos" (v. 10), referida en 14:12 como la "fidelidad de Jesús". ¿Podría quedar alguna duda, apreciados amigos, relativa a la identidad histórica del poder o sistema representado por este primer símbolo de Apocalipsis 13? Difícilmente, si con mente desprejuiciada, y siendo fieles a los testimonios de la Biblia y de la Historia, permitimos que estas 8 características establezcan la identidad del poder así representado.
Pero ¿que tiene todo esto que ver con lo que estamos considerando y evaluando en estos artículos? Un poco de paciencia, y ya llegaremos.

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO V

Los vientos de guerra están soplando ya sobre nuestro angustiado mundo. ¿Hasta dónde llegarán sus violentas ráfagas? ¿Qué consecuencias traerá esta guerra? Porque las palabras que anticipan los objetivos parecen extenderlos a escala planetaria ¿Podremos gozar de un mundo mejor y más justo al término de la contienda? ¿Podrá concretarse ese sueño mediante la instalación de un nuevo orden mundial? Porque hacia algo así pareceríamos encaminarnos como humanidad. ¿Hay alguna orientación más certera que la de las opiniones y especulaciones humanas? En otras palabras ¿tiene Dios algo para ofrecernos, o es que nuestro predicamento le resulta indiferente? En nuestro artículo anterior comenzamos a explorar la "opinión" de Dios, y lo hicimos iniciando el análisis de un pasaje particularmente extraordinario de la Palabra de Dios, Apocalipsis 13. Ocho pistas o pautas proporcionadas por esta profecía, en sus versos 1 al 10, nos permitieron avanzar con certeza desde los tiempos del colapso del Imperio Romano de Occidente hasta finales del siglo XVIII, para ser más exactos, hasta 1798. Hoy, y siempre alumbrados por el reflector profético, queremos cubrir los eventos desde aquellos días hasta los nuestros. No, no estamos olvidando nuestro objetivo final–la interpretación de los eventos del 11 de setiembre pdo.
Las 8 características o claves de Apocalipsis 13: 1-10 proporcionan una identificación precisa y certera del primer símbolo del capítulo : La "bestia" marítima, por poco que nos guste y por mal que nos pese, no es otra que el Cristianismo Romano. ¿Discutirlo? La verdad es que no tendría objeto, porque en esta identificación coinciden más allá de toda duda la profecía y la Historia. Por 1.260 años, desde 538 a 1798, esta entidad religioso-política habría de aherrojar a los hombres privándolos de derechos tan básicos como el de la libertad de conciencia y el del libre acceso a la Palabra de Dios.
Los versos 11 al 14 del mismo capítulo, ofrecen una clara identificación del segundo símbolo, el de la "bestia" terrestre, y lo hacen describiéndola en sus 7 aspectos distintivos. Primero : "Después [al tiempo del eclipsamiento, temporario, es cierto, de la "bestia" marítima, es decir, alrededor de 1798] ví otra bestia que subía de la tierra" (v. 11). En otras palabras, de una región poco poblada. El verbo griego anabaino describe el crecimiento de los vegetales, silencioso e imperceptiblemente. De acuerdo a esta primera descripción, hacia fines del siglo XVIII una nueva nación comenzaría a "subir", casi inadvertidamente, sobre el escenario del planeta.
Segundo : "tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero" (v. 11). Un "cordero", a diferencia de la feroz "bestia" marítima, símbolo apropiado de juventud e inocencia. En cuanto a sus "dos cuernos", son referencia a la fuente de su poder; símbolos de libertad, de respeto--libertad política o republicanismo, y libertad religiosa o Protestantismo. Precisamente lo opuesto de la intolerancia y tiranía de que habría de dar pruebas la primera bestia.
Tercero : con el paso de los años habría de experimentar un cambio dramático, al punto de hablar "como dragón." Es decir, bajo el control total del mismo "dragón escarlata" del cap. 12. Ese "dragón", luego de disfrazarse como una "bestia" marítima de aspecto leopardino, algún tiempo después de 1798 asumiría un nuevo disfraz, el de un "cordero" pero ahora con una naturaleza totalmente metamorfoseada–tan sólo le quedaría la apariencia de un "cordero" (v. 11).
Cuarto aspecto : habría de llegar a ejercer "toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella" (v. 12). ¿Qué significa "toda la autoridad de la primera bestia "? Pues la misma unión de iglesia y estado, lo que siempre resulta en intolerancia y persecución–una re-edición de lo ocurrido durante el tiempo en que la primera "bestia" tuvo autoridad, las persecuciones de los 1.260 años. ¿Qué significa "en presencia de ella"? Con su plena aprobación; es decir, imitando sus métodos, sus móviles, sus objetivos, demostrando su mismo espíritu. Resulta muy evidente que esa nueva nación no habría de llegar súbitamente a esa triste situación, sino como resultado de un proceso de acercamiento paulatino, de imitación progresiva de la "bestia" marítima, la agencia a través de la cual obra el "dragón". La apariencia de "cordero" continuará, sí, pero ya sin su inocencia y juventud, ya sin sus dos cuernos–la Constitución de ese país seguramente continuará, pero tan radicalmente modificada que será prácticamente imposible reconocerla. Para ese entonces esa Constitución habrá de reflejar las características del "dragón".
Quinto, la "bestia" terrestre habrá de ser escenario e instrumento de "grandes señales" engañando "a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia" (vv. 13, 14). Para que algo así pueda realmente ocurrir, este poder deberá transformarse previamente en superpotencia mundial única–un poder planetario sin ningún rival que pueda cuestionarle o estorbar sus movimientos. El poder de la primera "bestia", la "bestia" marítima, surgió, como tan claramente lo revela la Historia, de su control del estado o poder político; pero además, del espiritismo–como habrán de revelarlo esas "grandes señales", obradas en y por la segunda "bestia", todavía manteniendo, sin embargo, la apariencia de un "cordero".
Sexto aspecto : todo su accionar milagroso, sobrenatural, se encaminará hacia un solo propósito, "que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada" (v. 12). En otras palabras, todo el poder de esa única superpotencia terminará siendo colocado a disposición del Cristianismo Romano. Y, sin embargo, esa identificación no habrá de representar fusión al punto de hacerla desaparecer. Seguirá manteniendo su identidad hasta el mismo fin.
Séptimo, y último, ese objetivo, la imposición universal de acatamiento y adoración " a la primera bestia", habrá de cristalizarse con la erección de una "imagen a la bestia," la que en un segundo momento se transformará en "imagen de la bestia" (vv. 14, 15)–es decir, un proceso de admiración y acercamiento creciente hasta llegar a copia carbónica.
Como lo repetimos al iniciar este tema, la "bestia" marítima es un símbolo del Cristianismo Romano. Pero ¿a qué simboliza esta "bestia" ovina terrestre? Fijémonos bien : haría su aparición a fines del siglo XVIII, emergiendo de un área muy poco poblada. Su surgimiento no respondería a paroxismos bélicos o al ensangrentamiento inmisericorde de tierras, sino que habría de ser paulatino, imperceptible. Este nuevo poder o nación se caracterizaría por las notables libertades que habría de conceder a sus habitantes. Pero a pesar de un comienzo y desarrollo tan auspiciosos, distintas circunstancias la irían empujando en la dirección de un cambio dramático. De paladín del respeto a las libertades, infiltrada entonces por el "dragón", habrá de adoptar el modelo y las características de la "bestia" marítima original, es decir, religión legislada-- intolerancia y persecución, con el poder religioso ejerciendo gran presión sobre las autoridades civiles, con el objeto de imponer esquemas y formas de adoración en nada diferentes de las del Cristianismo Romano.
Con estos 7 elementos característicos ¿podemos intentar ahora su identificación? "Una nación, y solo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía [Apocalipsis 13: 11-14]; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica." El Conflicto de los Siglos, p. 493.
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NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO VI

Uno de los capítulos de contenido profético más extraordinarios de toda la Biblia es Apocalipsis 13. Como ya lo destacamos en los temas anteriores, este capítulo presenta toda la historia de la Iglesia Cristiana, más de 20 siglos ya, bajo las figuras de tres símbolos, representativos de otros tantos períodos. Como estos símbolos son referidos como "bestias", conviene recordar lo que ya dijimos en su oportunidad : No hay nada de insultante o peyorativo en el uso del término "bestia"–baste recordar que hasta el día de hoy son no pocas las naciones que se hacen representar bajo la forma de animales; lo mismo puede decirse, por ejemplo, de los dos partidos políticos tradicionales de los Estados Unidos, representados por un burro (Demócrata) y un elefante (Republicano).
¿Qué se quiere significar con el término "bestia" en Apocalipsis 13? Básicamente la unión del poder político y religioso, unión totalmente proscripta en el Nuevo Testamento. Son dos esferas que no deben ni superponerse ni combinarse, porque la religión o Iglesia favorecida por el Estado inevitablemente, tarde o temprano, se vuelve intolerante–el grave problema de la religión legislada, que siempre resulta en discriminación y persecución.
El cumplimiento del primer símbolo, el de la "bestia" marítima, se verificó cuando el Imperio Romano se volvió presuntamente cristiano–es decir, cuando se produjo la cristianización del Estado, o, lo que es lo mismo, la politización de la Iglesia. Esta nueva forma de Cristianismo se fue estableciendo a lo largo de unos 200 años, desde Constantino I el Grande (m. 337) a Justiniano I (m. 565). Al principio fue el Estado el que dominó a la Iglesia; pero las cosas fueron cambiando, y finalmente fue la Iglesia la que usó el poder del Estado a su discreción. ¿Cuál fue el resultado? El único que podía esperarse, sangrientas persecuciones contra los disidentes (Inquisición, Cruzadas, etc.) e interminables guerras de religión (¡qué contradicción en esta expresión!) contra cualquier soberano que se atreviera a cuestionar el control absoluto de la Iglesia. Es imposible calcular siquiera el número de víctimas ocasionado por la "bestia" marítima de Apocalipsis 13 :1-10, la Roma Cristiana o Iglesia politizada, durante los 1.260 de su hegemonía incuestionada (538 a 1798). En este último año la Iglesia perdió el poder de perseguir porque el Estado, en el estallido de ira contenida representado por la Revolución Francesa (1789 y posteriores) se lo arrebató.
Más o menos al tiempo cuando la Iglesia politizada habría de recibir esa "como herida de muerte" (Apocalipsis 13:3), haría su aparición la "bestia" terrestre, con "los cuernos semejantes a los de un cordero" (13: 11). Los Estados Unidos proclamaron su independencia en 1776, apenas 22 años antes de la terminación del período de los 1.260 años asignados al primer poder. Este país surgiría con las mejores garantías y posibilidades de ser siempre el paladín de las libertades, el gran refugio de los perseguidos por motivos de conciencia. Lamentablemente poco antes del fin de su historia habría de experimentar un cambio dramático, al punto de acercarse más y más al modelo de la Iglesia politizada, hasta transformarse en una copia carbónica, por así decirlo, de la misma.
Apocalipsis 13 revela y anticipa la notablemente triste secuencia, y cómo una cuestión de adoración estará a la base misma de la culminación del drama. Primero, Estados Unidos habría de llegar a ser la única superpotencia mundial, lo que ha ocurrido en nuestros días, preludio de su hablar "como dragón" (13:11). Segundo, todo el poder, globalizado en ese entonces, de los Estados Unidos se volcará a hacer que los hombres presten acatamiento y adoren al liderazgo de la Iglesia politizada (13: 12: "hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada") para ese entonces en proceso de rápida recuperación de la herida recibida en 1798. Tercero, esto habrá de obrar una metamorfosis radical en los Estados Unidos, transformando a esa nación protestante en una "imagen de la bestia" (13:15). Como tan bien lo expresara White, "Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola." "Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del Evangelio y al aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El resultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la ‘herejía.’ Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines." El Conflicto de los Siglos, pp. 496, 498.
¿Qué es lo que provocará semejante vuelco en los Estados Unidos? ¿Qué circunstancias llevarán a ese país a hablar "como dragón", cercenando las libertades que defendió tan denodadamente por tantos años? ¿Gravitarán de alguna manera en este cuadro los luctuosos sucesos del martes 11 de setiembre del 2001?

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NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO VII

Los Estados Unidos, nación realmente envidiable tanto por su defensa incansable de las libertades humanas, como por sus extraordinarios logros científicos y tecnológicos, y su descollante prosperidad material, es el poder simbolizado por la segunda "bestia" (recuerden, no hay nada de insultante en este término) de Apocalipsis 13 (versos 11 al 14) : "Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenia dos cuernos semejantes a los de un cordero". Lamentablemente habrá cambios; como esta profecía lo adelanta, esta nación experimentará cambios tan radicales, al ser infiltrada y finalmente controlada por el "dragón", que resultará casi imposible reconocerla–" hablaba como un dragón" (verso 11). Según el verso 15, llegará ser una "imagen de la [primera] bestia" (13:15), es decir, una copia carbónica de la misma, y eventualmente también el "falso profeta" (16: 13; 19: 20; 20: 10). (Nótese que a partir de 13: 14 no se hace niguna referencia adicional a esta segunda bestia, excepción hecha de una mención muy escueta en 19: 20, sino que su lugar es tomado por la "imagen de la bestia", la que a su vez dará origen al "falso profeta" Nada quedará ya de aquel "cordero" del comienzo de su historia.)
Apocalipsis 13: 15 al 17, y 14: 9, indican seis caracteristicas identificatorias de la "imagen de la bestia": Primera, habrá de ser, como ya lo mencionamos, creación de la segunda bestia, la de "dos cuernos semejantes a los de un cordero," pero después de ser controlada por el "dragón." Segunda, para poder originarla y desarrollarla, la segunda "bestia" tendrá que lograr hegemonía mundial--es decir, tendrá que llegar a ser la única superpotencia mundial; y esto habría de ocurrir en circunstancias de un notable acercamiento de los Estados Unidos a Roma. Solamente así podrá hacer "que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada" (13: 12); solamente así podrá mandar "a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió" (13: 14).
Tercera, la" imagen de la bestia" será capacitada para hablar, lo que hará en la misma forma en la que "hablan" todos los gobiernos, mediante decretos y leyes. Estos decretos paulatinamente irán incrementando la coerción, hasta culminar en un decreto de muerte contra los disidentes–"para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase" (13: 15). Cuarta, este fatídico decreto estará precedido por la imposición de una "marca," a ser recibida indistintamente "en la mano derecha o en la frente," "la marca . . . de la bestia," seguida por serias restricciones económicas para quienes no la acepten (13: 17)
Quinta, tener "la marca de la bestia" habrá de ser lo mismo que tener "el nombre
[ carácter ] de la bestia, o el número de su nombre" (13: 17). Sexta, en el mismo contexto, y con serias advertencias acerca de no extraer conclusiones apresuradas ("Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento cuente el número de la bestia . . .") se anticipa el "número de la bestia, pues es número de hombre [un sistema humano]. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (13: 18).
En un interesante comentario explicativo, White, autora ya citada en esta serie, lo resume así :"Los cuernos como de cordero y la voz de dragón del símbolo indican una extraña contradicción entre lo que profesa ser y lo que practica la nación así representada. El ‘hablar’ de la nación son los actos de sus autoridades legislativas y judiciales. Por esos actos la nación desmentirá los principios liberales y pacíficos que expresó como fundamento de su política. La predicción de que hablará ‘como dragón’ y ejercerá ‘toda la autoridad de la primera bestia ,’ anuncia claramente el desarrollo [en los Estados Unidos] del espíritu de intolerancia y persecución de que tantas pruebas dieran las naciones representadas por el dragón y la bestia semejante al leopardo. Y la declaración de que la bestia con dos cuernos ‘hace que la tierra y los que en ella habitan, adoren a la bestia primera,’ indica que la autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en homenaje al papado." El Conflicto de los Siglos, p, 495.
Los Estados Unidos están en vías de experimentar un gran cambio; no sólo lo anticipó la profecía que estamos considerando, sino que es también lección enseñada y reiterada mil veces por la Historia. Sí, en palabras de Lord Actis, el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Pero ¿en qué forma ocurrirán las cosas en esa nación? Volvemos a citar una declaración que utilizáramos ayer :"Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines." Ibid., 496.
¿Podrían tener alguna relación con esta formidable mutación los eventos del 11 de setiembre? Trataremos de dar respuesta a este fascinante interrogante en nuestro próximo artículo.

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO VIII

Con lo considerado en los temas anteriores, el escenario del último acto del drama con el que se cerrará la historia humana, ha quedado más o menos montado. Sus actores: la Roma Cristiana, los Estados Unidos (entendido como el Protestantismo), y el Espiritismo. El concepto básico en juego, la verdadera trama de ese acto final : el principio de la "bestia" . (Recordemos, por favor, y esto es muy importante, que la expresión "bestia" no implica insulto alguno, así que en ningún caso debiera ser motivo de ofensa o molestia; estamos trabajando con símbolos proféticos y con el testimonio de la Historia, y si queremos que las profecías inspiradas por Dios nos orienten, como es su propósito, es indispensable que seamos honestos en la interpretación de ambas, la profecía y la Historia.) ¿Cuál es el principio de la "bestia"?. La unión de Iglesia y Estado, específicamente prohibida por Jesús ["Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios"(Mateo 22:21); "Respondió Jesús : Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí" (Juan 18:36)]. A esta unión, tan claramente prohibida por Dios, el Jesuita Malachi Martin la refiere como "la serpiente" que se introdujo en la Iglesia Cristiana, y como "la maldición de Constantino".

Volviendo al punto básico : sobre el escenario del último acto del drama de nuestro planeta, los actores serán tres, y lo que representarán sobre el tablado es el principio de la "bestia"en su desarrollo máximo. Este principio se estableció en la Iglesia Cristiana cuando en octubre del año 312, luego de la victoria del Puente Milvio, que le abrió el acceso a Roma, el flamante dueño del mundo de aquellos días, el emperador Constantino I el Grande, lo estableció con el obispo de Roma, Silvestre I -- la unión del poder religioso y el poder civil o político, la unión de Emperador y Obispo de Roma; en una palabra, la unión de Iglesia y Estado. Al principio fueron los emperadores, y los reyes que los sucedieron más tarde, los que controlaron a la Iglesia; pero cuando el Papado consiguió el poder temporal, gracias a la Donación de Quiercy (754 a 756) del rey franco Pepino III el Breve al Papa Esteban II (o III), la ambición de dominio de los Pontífices romanos no conoció límites. Al cabo de algunos siglos, al irse generalizando la convicción de que el poder de Dios, esto es, el derecho de gobernar, le llega al Estado (Emperador) únicamente por mediación y otorgamiento del Papa, los obispos de Roma se transformaron en los gestores de la Historia.

¿Fue beneficioso el control de reyes y emperadores por parte del Papa? No, nunca podría haberlo sido, porque el poder absoluto corrompe absolutamente. No necesitamos abundar en detalles–dejémosle esa tarea a los historiadores–para comprobar cuánta sangre empapó, una y mil veces, las tierras del hemisferio occidental por incitaciones emanadas directamente del Vaticano. La profecía había anticipado que una situación tal habría de extenderse por 1.260 años (538 a 1798), y se cumplió exactamente como había sido profetizado. Cuando el 15 de febrero de 1798 el Gral. Haller tomó preso al Papa Pío VI en la Capilla Sixtina, anunciando que con ese acto, decretado por el Directorio francés, la institución papal llegaba a su fin definitivo (la "herida" como "de muerte", anticipada en Apocalipsis 13:3), todo pareció indicar que estaba en lo correcto. Y, sin embargo, estaba equivocado. Es cierto que Pío VI murió en el exilio en Valence, Francia, a fines de agosto de 1799; es cierto que por varios meses, hasta la elección de Luigi Chiaramonti como Pío VII, no hubo Papa; es cierto también que durante los siguientes 150 años el Papado no tuvo gravitación alguna de importancia en la esfera internacional. No obstante, como lo anticipara la profecía, el principio de la "bestia" habría de resurgir, y con mayor efectividad que nunca antes en toda la historia del Cristianismo. ¿A partir de cuándo? A partir del momento cuando Estados Unidos se transformara en superpotencia mundial única, sin rivales ya; entonces, este mismo principio habrá de establecerse a escala mundial.por los esfuerzos mancomunados, en una "Santa Alianza", como dio en llamarla la revista Time del 24 de febreo de 1992, de Roma (Papado) y Estados Unidos (Protestantismo).

Estamos viviendo ahora momentos de enorme trascendencia histórica. Después de casi dos siglos desde 1798, el Papado ha recuperado su prestigio, y, como tan certeramente lo anticipara nuestro Señor Jesús, a través de Juan, en Apocalipsis 13, precisamente en circunstancias que colocaron a Estados Unidos en la cúspide del poder mundial. Lo que aun resta por cumplirse son apenas detalles : Estados Unidos aceptará, contra toda garantía de su Constitución, el principio de la "bestia"–empujado por circunstancias adversas extremas, antes de mucho el Congreso de ese país, cuna y paladín de libertades, osadamente se atreverá a incursionar en el terreno de la legislación religiosa, y la "imagen de la bestia" se erigirá en esa nación. ¿Con qué propósito? Ya lo vimos, "ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada" (Apocalipsis 13:12). Pero ¿cómo logrará hacerlo? ¿Solamente mediante enormes despliegues de potencialidad militar? No; más que éso. Lo hará ayudado por potencias espirituales supranormales, las del Espiritismo : "También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió" (versos 13 y 14).

¿Le resulta todo ésto demasiado fantástico para aceptarlo? No se apresure; tómese un poco de tiempo para masticarlo y digerirlo, y para ese entonces tal vez ya lo estará viendo con sus propios ojos. Estados Unidos recibió una profunda estocada el martes 11 de setiembre. Esa terrible tragedia ¿está moviendo a los líderes de esa gran nación a volverse a Dios en humildad y arrepentimiento? Lamentablemente, no. Lo que parece moverlos es la urgencia, muy natural, por cierto, de castigar a los culpables y de impedir nuevos actos de terrorismo. ¿Dónde? ¿En Afghanistán solamente? No, mucho más allá, en todo el mundo–la frase se ha vuelto manida a fuerza de repetirla, todas las naciones, cada una de ellas, tendrá que decidir si está con la civilización o con el terrorismo. No habrá neutrales. ¿Estamos alcanzando a ver las cosas un poco más claras? No podríamos hacerlo si Dios no nos lo hubiera revelado a través de sus mensajeros, los profetas. "No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías" (1 Tesalonicenses 5: 19,10).

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO IX

Dedicaremos nuestros capítulos finales a un intento de evaluación de la pavorosa tragedia que afectó a los Estados Unidos el pasado martes 11 de setiembre. Lo considerado hasta ahora nos ha permitido, alumbrados por el poderoso reflector de las profecías, proyectarnos hacia las posibles consecuencias del desastre; y el cuadro tiene muy poco de alentador para quienes pudiéramos representar minorías en el gigantesco esfuerzo de globalización patrocinado por ese país y el Vaticano [por razones que aparecen como perfectamente válidas, tanto históricas como bíblicas, quien esto escribe prefiere hacer alguna diferencia entre el Vaticano y el Catolicismo]. Las Organización de las Naciones Unidas, según la Constitución que adoptara en al momento de su creación (1945), habría de velar por "la paz y la seguridad" internacionales–¡la expresión se repite 32 veces en el corto documento! Pero a pesar de tan nobles intenciones, su historia de algo más de medio siglo ya, exactamente como también le había ocurrido anteriormente a su predecesora, la Liga de las Naciones (1920-1946), se ha caracterizado por una penosa sucesión casi ininterumpida de fracasos. Es que resulta muy evidente que no dispone de los recursos necesarios para establecer y preservar aquello para lo cual fue establecida, paz, seguridad y libertad perdurables.

A la manera de un paréntesis, que se nos ocurre como muy oportuno, refiriéndose a nuestros tiempos, justamente antes del regreso de Jesús a la tierra, San Pablo consignó : "Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche, que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón" (1 Tesalonicenses 5: 1-4). ¡Qué notable coincidencia! ¿O será algo más que éso? " . . . cuando digan : Paz y seguridad . . . vendrá . . . destrucción repentina " (¡expresión, como ya lo hicimos notar, repetida 32 veces en la Constitución de las Naciones Unidas!)

Casi se diría que esta Organización, escenario de numerosas humillaciones de los Estados Unidos, es apenas tolerada por esa nación. (De hecho, no fue hasta después de la tragedia del 11 de setiembre que Estados Unidos se avino a pagar la enorme deuda que tenía como miembro, por varios años ya, con ese organismo. Y en cuanto a su derecho de castigar el atentado, Estados Unidos hizo muy claro que no necesitaba autorización alguna de parte de ese organismo internacional. Es más, es Estados Unidos quien está enérgicamente conminando a todas las naciones a pronunciarse clara e inequívocamente en su favor o en su contra en relación al terrorismo; y en esta demanda la opción de neutralidad no existe.) Resulta muy evidente, no nos llamemos a engaño, que a partir de las circunstancias que estamos comentando, hay un sólo árbitro de los destinos del mundo, y ese árbitro ya no es la Organización de las Naciones Unidas. ¿Tienen los Estados Unidos la intención oculta de imponer un régimen dictatorial en el mundo? No, por supuesto que no. Sus intenciones no podrían ser mejores, una "libertad perdurable" para todos, es decir el mismo lema fallido de la ONU, "paz y seguridad internacionales". Pero la Biblia no se ha equivocado nunca, y nunca se equivocará. Estados Unidos antes de mucho estará hablando "como dragón" (Apocalipsis 13:11).

Las ambiciones geopolíticas del Vaticano se mueven también en la misma dirección, hacia la globalización. Conviene recordar que el único documento aprobado por el Concilio Vaticano I (Julio 18, 1970) fue el Dogma de la Infalibilidad Papal y de la Jurisdicción Universal Espiritual del Obispo de Roma. Siempre ha sido ése el sueño de la Roma Cristiana, "un redil y un pastor". Los casi 200 viajes internacionales cumplidos por Juan Pablo II durante su Pontificado de 23 años, y el beso a la tierra de todas las naciones que ha visitado, lo demuestran hasta el cansancio. ¿Podría ser entonces que el Vaticano y los Estados Unidos estuvieran en un curso de colisión ineludible? No; por la sencilla razón de que los Estados Unidos se doblegarán al poder religioso : "Después vi otra bestia que subía de la tierra [Estados Unidos]; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia [el poder religioso representado por el Vaticano; es decir, unión de Iglesia y Estado, con la Iglesia controlando al Estado] en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia [globalización completada], cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales [producidas por las potencias supranormales del Espiritismo, New Age, o como se llamen] , de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia [el principio de la bestia–unión de Iglesia y Estado en los Estados Unidos, e impuesta por éstos en todo el mundo] que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase [no habrá tolerancia hacia ninguna minoría]. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre [evidencia adicional de la globalización lograda]" (Apocalipsis 13 : 11-17).

En lo que estamos repasando no estamos ofreciendo nada nuevo; de hecho, los Adventistas lo estamos anticipando desde 1851. Pero lo que en aquellos tiempos producía sonrisas de escepticismo, refutaciones enérgicas o condenaciones lapidarias, ya no más. Si pudimos anticiparlo no fue en virtud alguna superioridad humana, sino por la sencilla razón de que Dios lo anticipó–allí está en varios pasajes bíblicos, y en forma señalada en Apocalipsis 13–y nosotros, siguiendo el ejemplo y aceptando el legado de los Protestantes originales, prestamos cuidadosa atención a lo que Dios ha dicho a través de Sus profetas. El gran interrogante que teníamos era en relación al evento o eventos que podrían determinar un vuelco tan dramático en los Estados. Tal vez ese evento podría haberse producido ya. Es decir, tal vez ya estamos teniendo la respuesta a ese interrogante.

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO X

En nuestro artículo de hoy trataremos de encontrar respuestas a algunos de esos interrogantes serios y delicados, que pugnan por dominar el pensamiento frente a las grandes catástrofes. En el mejor de los casos, debemos admitirlo con honradez y modestia, nuestras respuestas serán parciales, por la sencilla razón de que siempre tendremos que elaborarlas desde la limitada perspectiva humana. Pero al mismo tiempo, para quienes tomamos en serio la Palabra de Dios, el mirador se amplía considerablemente y comenzamos a ver más allá de lo inmediato y transitorio, una dimensión de seguridad y certeza que trasciende en mucho la precariedad de las meras opiniones humanas.

¿Es el Dios de los cristianos una divinidad indiferente y remota, o se reserva el derecho de intervenir en los asuntos humanos cuandoquiera Su sabiduría y Su bondad lo consideren necesario? La revelación que Dios hace de Sí mismo en la Biblia, excluye totalmente la primera de estas opciones. El Creador es también el Sustentador, y como tal tiene un interés constante en todo lo que ocurre en esta "isla rebelde", nuestro planeta. ("¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.", Mateo 10:29-31.)

¿Cómo interviene Dios? En palabras de Jeremías : "En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle" (18: 7-10). Esta es una verdad constantemente repetida en la Biblia : Dios lleva la contabilidad de las naciones, y aunque Su paciencia es a toda prueba, hay límites más allá de los cuales no les permite ir.

En palabras de esa pluma magistral que fue Elena G. de White : "Con infalible exactitud el Infinito sigue llevando cuenta con las naciones. Mientras ofrece Su misericordia, y llama al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, el ministerio de Su ira comienza. La cuenta se cierra. Cesa la paciencia divina. La misericordia ya no intercede en favor de aquellas naciones." Historia de los Profetas y Reyes, 269.

¿Interviene Dios en forma directa? A veces sí, como fueron los casos del Diluvio y de la destrucción de aquellas corruptas ciudades de la llanura, Sodoma y Gomorra. En otras ocasiones retira Su protección de quienes la rechazan, y permite que la ambición de otros hombres ejecuten Sus juicios, como ocurrió con el reino de Israel cuando el castigo de Dios le fuera aplicado por los Asirios : "Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas" (Isaías 10:5-7). ¿Significaron estas palabras que los excesos que pudiera cometer esa nación serían pasados por alto por Dios? No. "Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos" (verso 12).

Nuevamente de la misma autora : "Se me mostró que los juicios de Dios no vendrían sobre ellos directamente del Señor, sino de esta manera: Ellos se colocan más allá de su protección. El advierte, corrige, reprueba y señala el único camino seguro; luego, si aquellos que han sido el objeto de su cuidado especial siguen su propio curso, independientemente del Espíritu de Dios, tras repetidas amonestaciones; si eligen su propio camino, entonces El no encarga a sus ángeles que impidan los decididos ataques de Satanás contra ellos" Eventos de los Ultimos Días, 247. Mas aún : "Dios usará a sus enemigos como instrumentos para castigar a aquellos que hayan seguido sus propios caminos perniciosos, por los cuales la verdad de Dios ha sido tergiversada, juzgada equivocadamente y deshonrada." Ibid.

¿Con qué propósito castiga Dios? Tratando de llevar a la reflexión y al arrepentimiento. Trascendiendo los siglos y regresando a nuestros tiempos, ¿tuvo Dios alguna participación en los sucesos que todavía nos angustian? O enfocando las cosas desde otro ángulo ¿de qué podría tener que arrepentirse Estados Unidos? Aquí apenas podemos sugerir algunas pocas cosas, como de la siembra de corrupción moral y pornografía incontrolada de décadas de cinematografía; de la inconsistencia del gran negocio de la producción de armamentos (Estados Unidos es el mayor productor y distribuidor de armamentos en el mundo); del millón de abortos anuales; de la producción de tabaco y sus derivados, que siega anualmente casi 450.000 vidas en ese país (más de 1.200 por día)–¡como empequeñecen estas cifras la de las víctimas del penoso atentado del 11 de setiembre!; de la defensa del homosexualismo y del lesbianismo, específicamente condenados por Dios en Su Palabra (¡qué decir del desfile anual desafiante de 100.000 homosexuales en la ciudad de Nueva York!); de la producción y consumo de bebidas alcohólicas, responsable de miles de muertes cada día en los Estados Unidos; de la pobreza ocasionada en tantos países del mundo por transacciones comerciales carentes de generosidad y compasión; y varios etcéteras más.

Y ¿cómo reaccionó el país? Con una operación que en un primer momento fue expresada por un lema orillando en blasfemia, "Justicia Infinita", que parecía implicar que la guerra a desatarse habría de ser de naturaleza religiosa--pero modificado el 25 de setiembre por Don Rumsfeld, ministro de defensa del país, a "Libertad Perdurable". ¿Alguna expresión de arrepentimiento colectivo? Tristemente, no. Numerosos servicios religiosos, excelentemente organizados, pero a los pocos predicadores que se atrevieron a utilizar la palabra "arrepentimiento" se los criticó tan acerbamente que terminaron disculpándose en público por haberla utilizado.

¿Justificamos el horroroso atentado perpetrado por los terroristas? ¡De ninguna manera! No tiene justificativo alguno, nunca. ¿Merecían los Estados Unidos lo que experimentaron? ¿Cómo podríamos siquiera sugerir tal cosa? Volviendo a la pregunta ¿tuvo Dios participación en lo que ocurrió? No sería ni prudente ni razonable negarlo, porque es El quien lleva la cuenta de las naciones; y como lo expresara Isaías, cuando "hay juicios Tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia" (26:9).

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XI

En nuestro tema anterior nos referimos a la cuenta exacta e infalible que Dios lleva de las naciones y de los individuos que las forman, y cómo cuando los hombres irresponsablemente atraviesan los límites que Dios ha establecido, esa cuenta se cierra, y cesa el ministerio de la misericordia a fin de dar lugar al de Su ira. Sí, "en los anales de la historia humana, el desarrollo de las naciones, el nacimiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas de los hombres; y en cierta medida los acontecimientos se dirían determinados por el poder, la ambición y los caprichos de ellos. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y encima, detrás y a través de todo el juego y contrajuego de los intereses, poder y pasiones humanos , contemplamos a los agentes del que es todo misericordioso, que cumplen silenciosa y pacientemente los designios y la voluntad de él" Profetas y Reyes, 366.

Si Dios lleva una cuenta infaliblemente exacta con las naciones, y si los acontecimientos responden a "los designios y la voluntad de él", pareciera seguirse de estas consideraciones que Dios tuvo alguna participación en los pavorosos eventos ocurridos hace pocas semanas en Nueva York y Washington. De hecho, reiteradamente se nos ha estado preguntando en estos últimos días, si los eventos del martes 11 de setiembre, que afectaron a las dos gigantescas torres gemelas del World Trade Center, fueron cumplimiento o no de algunas anticipaciones proféticas formuladas al respecto por Elena G. de White. Hemos leído también varios materiales publicados o circulados por Internet que intentan contestar el interrogante. Esas respuestas van desde las que afirman que se trató de un evento meramente humano y, por lo mismo, sin significación profética alguna, hasta las que los interpretan como manifestación del poder divino, es decir, como intervención directa de Dios.

Convendrá entones repasar las referidas declaraciones y tratar de comprender su mensaje. De la más larga, escrita en 1909, y registrada en 3 Joyas de los Testimonios, 280, 281, extraemos algunos pensamientos : De visita en Nueva York, Elena G. de White pudo contemplar en visión o sueño, "los edificios que, piso tras piso, se elevaban hacia el cielo." ¿Dónde? "Estando en Nueva York en cierta ocasión, se me hizo contemplar una noche los edificios . . .". ¿Qué los caracterizaba? Esos edificios "se elevaban siempre más alto y materiales costosísimos entraban en su construcción." "Esos inmuebles, que eran la gloria de sus propietarios y constructores, eran garantizados incombustibles." ¿Qué acerca de su financiamiento? ". . . sus propietarios se regocijaban con orgullo, por tener suficiente dinero para satisfacer sus ambiciones y excitar la envidia de sus vecinos. Una gran parte del dinero así empleado había sido obtenido injustamente, explotando al pobre."

¿Con qué espíritu se los construía? "Los propietarios no se preguntaban cómo podían glorificar mejor a Dios. El Señor estaba ausente de sus pensamientos." "Levantan edificios magníficos, pero el Soberano del universo sólo ve locura en sus planes e invenciones. No se esfuerzan por glorificar a Dios con todas las facultades de su corazón y de su espíritu." ¿De qué se olvidaban? "Se han olvidado de ésto [de glorificar a Dios], que es el primer deber del hombre." "Olvidaban que en el cielo toda transacción comercial es anotada, que todo acto injusto y todo negocio fraudulento son registrados."

¿Cómo consideraban sus imponentes construcciones? "Los hombres miraban a esos altos edificios, reputados incombustibles, y decían: ‘Están perfectamente seguros.’"

¿Podrían seguir siempre así, construyendo y especulando en forma obsesiva? ¿Ha establecido Dios algún límite a ese accionar ambicioso? "El tiempo vendrá cuando los hombres llegarán en el fraude y la insolencia a un punto que el Señor no les permitirá sobrepasar y entonces aprenderán que la paciencia de Jehová tiene límite." " . . . cuando llegue el día del Señor [es decir, cuando los hombres traspasen el límite de la tolerancia divina] , si no ocurre algún cambio en el corazón de ciertos hombres orgullosos y llenos de ambición, ellos comprobarán que la mano otrora poderosa para salvar, lo será igualmente para destruir. Ninguna fuerza terrenal puede sujetar la mano de Dios."

¿Que habrá de ocurrir entonces? " . . . una alarma de incendio. . . . [y] esos edificios fueron consumidos como la pez [resina]. Las bombas contra incendio no pudieron impedir su destrucción. Los bomberos no podían hacer funcionar sus máquinas" [es extremadamente difícil combatir incendios en edificios de más de 7 pisos de altura.. . . y ¡esas torres de 110 pisos tenían 419 m de altura!] "Me fue dicho . . . que no hay materiales capaces de preservar de la ruina a un edificio cuando llegue el tiempo fijado por Dios para castigar el desconocimiento de sus leyes y el egoísmo de los ambiciosos."

¿Fue lo ocurrido con esos rascacielos un acto meramente humano, de responsabilidad exclusiva de esos saboteadores? Cualquier respuesta que se dé a esta pregunta requeriría de largas explicaciones, seguramente no convincentes para todos. Recordemos solamente cómo Dios utilizó en la antigüedad a asirios y babilonios, paganos, crueles y sanguinarios, para cumplir Sus propósitos. ¿Cómo lo hizo? Retirando Su protección de Su pueblo rebelde. En otras ocasiones los instrumentos de destrucción fueron "el Angel de Jehová" (como en el castigo al rey David en ocasión de un censo) y Sus ángeles (como en la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.). "Los hombres continuarán levantando costosos edificios que valen millones; se dará especial atención a su belleza arquitectónica y a la firmeza y solidez con que son construidos. Pero el Señor me ha hecho saber que a pesar de su insólita firmeza y su costosa imponencia, esos edificios correrán la misma suerte del templo de Jerusalén. Esta magnífica construcción cayó. Dios envió a sus ángeles para hacer la obra de destrucción, de modo que no quedó piedra sobre piedra. Todo fue derribado" Manuscrito 35 (1906).

¿Se agotó el 11 de setiembre cumplimiento de la predicción? "Dios está retirando su Espíritu de las ciudades impías, que han llegado a ser semejantes a las del mundo antediluviano y a Sodoma y Gomorra. . . . Las costosas mansiones, maravillas arquitectónicas, serán destruidas sin previo aviso cuando el Señor vea que sus ocupantes han traspasado los límites del perdón. La destrucción causada por el fuego en los imponentes edificios que se suponen son a prueba de incendios, es una ilustración de cómo, en un momento, los edificios de la tierra caerán en ruinas." Cada Día con Dios, 152 (1902).

¿Qué propósito pudo haber tenido Dios al permitir esa tragedia? Los mismos que animan todas Sus intervenciones. "Las plagas de Dios ya están cayendo sobre la tierra, arrasando las estructuras más costosas como si fuera mediante un soplo de fuego desde el cielo. ¿No harán estos juicios recapacitar a los profesos cristianos? Dios los permite para que el mundo preste atención, para que los pecadores le teman y tiemblen ante él" Eventos de los Ultimos Días, 28 (1902). "Dios tiene un propósito al permitir que ocurran estas calamidades. Son uno de sus medios para llamar a los hombres y mujeres a la reflexión." Ibid.

¿Le ocurrió todo ésto a Estados Unidos por ser un país más malvado que otros? No, no necesariamente; sino que mientras muy escasa atención podría haber causado una tragedia tal en algún otro país, el llamado de atención a los Estados Unidos lo ha sido a todo el mundo. Incluso a Ud.y a mi. Es que Dios "quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad". "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?" (1 Timoteo 2:4; Romanos 2:4).

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XII A

Con el tema de esta edición estamos concluyendo esta serie de reflexiones referida al momento de extrema tensión internacional que estamos viviendo como humanidad. Lo dedicaremos a responder un desusado número de preguntas que se nos han hecho en relación a los última porción de Daniel 11, particularmente los versos 40 a 45. ¿Qué hay en estos pasajes que tanto pueda concitar la atención de nuestros lectores? ¿Encierran estos pasajes alguna clave divina orientadora para este tiempo de angustia globalizada?

Cuatro observaciones previas nos ayudarán a descubrir su mensaje. (1)El capítulo 11 de Daniel registra las explicaciones del mensajero celestial, el ángel Gabriel, a la visión que le había sido dada a Daniel varios años antes, y contenida en 7:2 a 8:14. Esas explicaciones no deben entenderse, por lo tanto, como introduciendo elementos o poderes distintos a los referidos en esa visión. ¿Cuáles son esos poderes? Primeramente, los que habrían de actuar durante algo más de un milenio, desde el año 605 a.C, que marcó el comienzo del primer imperio universal, Babilonia, al 476 d.C., cuando se desplomó el cuarto y último de estos imperios, Roma. El mensaje de la visión no habría de concluir, sin embargo, con este evento de tanta relevancia histórica, sino que habría de extenderse mucho más lejos, como que cubre los 16 siglos siguientes hasta nuestros días.

Segundo, ¿qué habría de ocurrir después de la desaparición del Imperio Romano? Una nueva Roma, ya no de carácter meramente político, habría de emerger de la antigua, una Roma político religiosa, que perpetuaría el ideal de dominio universal de su predecesora. Su historia, tal como la anticipó la profecía, tendría marcados altibajos. Más o menos dominada por el poder civil al principio, lograría independizarse del mismo, y terminaría controlando al Estado. Su hegemonía habría de extenderse por 1.260 años, entre los años 538 y 1798, período durante el cual trataría de eliminar toda oposición, tanto política como religiosa. Este largo y penoso período de algo más de 12 siglos de guerras y más guerras, todas ellas de motivación religiosa, y de incesante persecución sanguinaria contra todos los que quisieran adorar a Dios en forma distinta de la prescripta por la nueva Roma, llegó a su conclusión a fines del siglo XVIII, cuando ideales renovadores de libertad que surgieron a ambos lados del Atlántico [la independencia de los Estados Unidos, en 1776, y la Revolución Francesa, en 1789], le infligieron un golpe aparentemente mortal a su férrea hegemonía milenaria sobre cuerpos y almas.

La razón de este eclipsamiento de su poder habría de estar determinada por la necesidad de proporcionar libertad a quienes habrían de predicar la última invitación de Dios a la humanidad, predicación relacionada con el comienzo de un juicio, el Juicio Investigador, en los recintos del Santuario Celestial. Sin embargo, durante la realización de ese Juicio, el poder representado bajo el símbolo de un "cuerno pequeño" volvería a recuperar su poder, autoridad y prestigio a un grado nunca antes alcanzado; de hecho, habrá de ejercer su poder sobre todas las naciones de la tierra sin excepción alguna.

A manera de una síntesis de este primer punto, en la interpretación de los versículos finales del capítulo 11 de Daniel no debe verse ningún poder no mencionado o implicado en los capítulos 7 y 8 del mismo libro.

(2)Después del evento de la crucifixión de Jesucristo todas las referencias geográficas contenidas en las profecías perdieron su literalidad. ¿Qué quiere decir ésto? Que hasta el evento de la cruz todas esas referencias geográficas fueron literales; así, el Norte era el Norte literal, el Sur, el Sur literal; Egipto era el Egipto literal; Babilonia era la Babilonia literal; etc. ¿Por qué? Porque el gran centro geográfico de la tierra era "la tierra gloriosa" (8:9)–todo se ordenaba geográficamente en torno a la ciudad de Jerusalén y su magnífico Templo. Cuando Jesús murió sobre la cruz tanto la ciudad como el Templo perdieron toda su importancia. Un nuevo pueblo, formado por judíos y gentiles, ahora cristianos, ocupó el lugar dejado vacante por el pueblo judío, como el nuevo Israel, el verdadero y único pueblo de Dios; y un nuevo templo, el Santuario Celestial, tomó el lugar del Templo de Jerusalén, ya totalmente desprovisto de la presencia de Dios. En síntesis, las referencias a Norte, Este, "tierra gloriosa", Edom, Moab y Amón, Etiopía, Libia y Egipto, "mares" y "monte glorioso y santo", están desprovistas de toda literalidad, y, por lo mismo, deben entenderse como simbólicas.

(3)Los poderes referidos bajo los símbolos de "Rey del Norte" y "Rey del Sur" experimentaron sendas "peregrinaciones" a lo largo de sus historias respectivas. ¿Qué queremos decir con esto? El "Rey del Norte" fue primeramente Babilonia, como tan insistentemente lo refiere el profeta Jeremías. Cuando el Impero Greco-Macedónico se fragmentó luego de la batalla de Ipso, Frigia (301 a.C.), el general Seleuco I Nicator y sus descendientes fueron el nuevo "Rey del Norte"–la razón fue doble : el territorio de los Seléucidas abarcó por mucho tiempo a Babilonia; y, por otro lado, Antioquía de Siria, capital de los Seléucidas, estaba localizada al Norte de Judea. Más tarde, cuando el Imperio Seléucida cayó bajo Roma (64 a.C.), Roma pasó a ser la nueva Babilonia (leer 1 Pedro 5:13) o nuevo "Rey del Norte".

En cuanto al "Rey del Sur", siempre fue referencia a Egipto–primeramente el Egipto de los Faraones, y luego el de los Ptolomeos. Cuando éstos últimos cayeron bajo Roma (30 a.C.), Roma pasó a ser simultáneamente "Rey del Norte" y "Rey del Sur". (Como lo mencionamos en el punto 2, esto quedó corroborado por la muerte de Jesús sobre la cruz, evento que puso fin a la literalidad de todas las referencias geográficas en las profecías aun no cumplidas.)

Unos cinco siglos más tarde, cuando el poder unificado del extinto Imperio Romano se dividió en poder civil o secular y poder religioso, el primero pasó a ser el nuevo "Rey del Sur"(o Egipto espiritual o simbólico), mientras que el poder religioso se constituyó en el nuevo "Rey del Norte" (o Babilonia espiritual o simbólica--el mismo "cuerno pequeño" de los capítulos 7 y 8). La historia de los siguientes 1.260 años estuvo caracterizada por una lucha constante por el dominio entre Imperio e Iglesia. Al principio fue el Imperio o poder civil el que mantuvo sometida a la Iglesia; pero más tarde la Iglesia consiguió imponerse al Estado, y así llegamos hasta 1798, cuando fue la Iglesia la que se vio forzada a doblegarse.

En síntesis, las "transformaciones" del "Rey del Norte" lo fueron llevando de Babilonia, al Imperio Seléucida, entonces a la Roma pagana, y por los últimos 16 siglos hasta el presente, a la Roma Cristiana, o poder religioso. El "Rey del Sur" pasó de Egipto as Roma, y entonces al poder civil, secular o político, de tendencias definidamente ateas a lo largo de todo su peregrinaje.

(4)Es también importante notar los "puntos de ruptura" en la secuencia histórica de las explicaciones de Gabriel a Daniel. Los más importantes están representados por los versos 14 (para marcar la introducción de los romanos en tierras del Mediterráneo Oriental, interponiéndose en las luchas entre Seléucidas y Ptolomeos), 21 (mientras el verso 20 deja ya establecido el Imperio Romano, el 21 representa un salto de unos 500 años, al momento cuando la Roma Imperial debió ceder el cetro a la Roma Cristiana), 29-30 (nos llevan a 1798, cuando la Roma Cristiana perdió su hegemonía de algo más de 12 siglos y medio) y 39-40 (nuevamente los eventos de 1798, pero desde otra perspectiva). A manera de una síntesis : Mientras los versos 21 al 30 presentan la historia de la Roma Cristiana durante los 1.260 años, destacando sus luchas con el Estado. los versos 31 al 39 cubren el mismo terreno, es decir, los 1.260 años, pero destacando la teología de la Roma Cristiana; y los versos 40 al 45, y aún 12:1, los eventos desde 1798 hasta el momento cuando concluido el Juicio Investigador, Cristo, de acuerdo a Sus promesas, regrese a la tierra.

Ahora estamos en condiciones de interpretar Daniel 11:40 a 12:1. (Antes de leer lo de mañana ¿ me permite sugerirle que vuelva a leer este artículo? Así le resultará más fácil su comprensión.)

Continuará

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XII B

A manera de introducción, de lo que será el penúltimo capítulo de esta serie, nos permitimos recordarle la sugerencia con la cual concluimos nuestro tema anterior : que antes de leer lo que sigue repase el contenido de nuestro tema anterior; si lo hace, encontrará que este tema resultará más fácil de comprender. Y ahora, con los protagonistas ya identificados, introduzcámonos en el pasaje que queremos interpretar, Daniel 11:40 a 12: 1.

Verso 40 : "Pero al cabo del tiempo [esto es, en 1798, al término de los 1.260 años reiteradamente anticipados en la profecía] el Rey del Sur [el poder político, civil o secular, representado en ese entonces por la Francia atea que emergió de la Revolución Francesa] contenderá con él [con el Rey del Norte, el sistema religioso representado por la Roma Cristiana]; y el Rey del Norte se levantará contra él [después de algunos años, el Rey del Norte, ya recuperado del serio revés que experimentara en 1798, habría de devolver el golpe, y lo haría en forma incontenible, arrolladora] como una tempestad, con carros y gente de a caballo [fases diplomática y militar] , y muchas naves [las naves en la Biblia son símbolo de comercio y actividades financieras]; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará [la Roma Cristiana habrá de alcanzar un control más o menos completo del planeta–resultado final del proceso de globalización en el que todos, voluntaria o involuntariamente, estamos embarcados].

¿Dónde nos encontramos ahora en el escenario descripto en este verso? El 15 de febrero de 1798, el general suizo Haller, lugarteniente del general francés Luis Alejandro Berthier, hizo derribar a hachazos las puertas de la Capilla Sixtina, y tomó preso al Papa Pío VI. Durante los 14 meses siguientes Pío VI fue mantenido cautivo en varias ciudades del Norte de Italia. Finalmente, el 10 de abril de 1799 fue trasladado a Francia por orden del Directorio, y después de un exilio forzado de ciudad en ciudad, murió el 29 de agosto de ese año, en la ciudad de Valence. Todo pareció indicar que la declaración de Haller al tomarlo cautivo, se estaba cumpliendo : "Ciudadano Papa : La institución que Ud. representa, en este mismo momento, está llegando a su fin definitivo." Haller, por supuesto, no conocía la profecía que anticipaba una recuperación sencillamente increíble del obispo de Roma, tanto de prestigio como de poder. Es cierto que el golpe fue severo, "como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la" Roma Cristiana (Apocalipsis 13 : 3). Por mencionar tan sólo un ejemplo, basta con recordar el golpe de muerte asestado conjuntamente por el Vaticano y los Estados Unidos, en lo que dio en llamarse una "Santa Alianza", contra el Comunismo en Polonia durante la década de 1980. Ese fue el punto de partida del colapso del Comunismo internacional, en lo que en el lenguaje diplomático es referido como "efecto dominó".Sí, el proceso de curación de aquella herida (1798) requirió muchísimo tiempo, pero ya está casi concluido. Cuando se complete, la Roma Cristiana será árbitro absoluto de toda actividad humana sobre el planeta–objetivo final, no siempre claramente discernible, de la globalización. En síntesis, lo anticipado en el verso 40 es hoy casi totalmente historia.

Verso 41 : "Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón." Aquí está el secreto de la globalización triunfante del Rey del Norte : su dominio sobre la "tierra gloriosa". ¿Cuál es esta "tierra gloriosa" cuyo sometimiento facilitará al Rey del Norte el dominio de todo el mundo? En tiempos anteriores a la cruz, la "tierra gloriosa" estuvo representada por Israel. ¿Cuál fue el secreto que lo constituyó en "tierra gloriosa", o "tierra del esplendor" o "tierra pre-eminente", como podrían ser traducciones más ajustadas al original? La privilegiada misión que Dios le dio, la de reflejar Su carácter al mundo.

Pero el verso 41 se refiere a tiempos posteriores a 1798. ¿Cuál es entonces la "tierra pre-eminente" de nuestros días? White la definió magistralmente con estas palabras : "Cuando la tierra que el Señor proveyó como asilo para sus hijos a fin de que pudieran adorarlo de acuerdo con los dictados de su conciencia, la tierra sobre la cual durante largos años ha estado extendido el escudo de la Omnipotencia, la tierra que Dios ha favorecido haciéndola depositaria de la pura religión de Cristo . . . " Maranata, 177. Y más adelante en la misma obra : "El Señor ha favorecido a los Estados Unidos más que a cualquier otra nación. . . . En ella proveyó refugio para su pueblo a fin de que éste pudiera rendirle culto conforme a los dictados de su conciencia. En esa nación el cristianismo ha prosperado conservando su pureza. En ella se ha enseñado sin restricciones la doctrina del don de la vida vivificada por el poder de un único Mediador entre Dios y el hombre. Era propósito divino que en esta nación siempre hubiera libertad para que las gentes pudieran adorarlo de acuerdo con los imperativos de su conciencia. Era su intención que las instituciones civiles manifestaran con expansión y desarrollo la libertad que otorgan los atributos del evangelio." Ibid., 191. Sí, la "tierra gloriosa" o "tierra pre-eminente" después de 1798, mal como pudiera pesarnos o desagradarnos, está representada por los Estados Unidos de América. Será el sometimiento de esta nación lo que habrá de hacer posible el dominio mundial de la Roma Cristiana.

Y, sin embargo, habrá quienes escaparán de ese dominio planetario : "mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón" y "el monte glorioso y santo", mencionado en el verso 45. Nada queda hoy de esos tres pueblos, ya que fueron totalmente exterminados. En tiempos posteriores a 1798, y más específicamente cuando ya se haya logrado la tan buscada globalización bajo la Roma Cristiana ¿ quiénes serán los representados por "Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón"? Esas tres naciones estaban emparentadas con el pueblo de Israel–los Edomitas eran descendientes de Esaú, hijo de Isaac, mientras que los Moabitas y Amonitas eran descendientes de Lot, sobrino de Abrahán. Pasando sobre los siglos hasta nuestros días, resulta claro que los así representados simbólicamente escaparán encontrando refugio entre sus "parientes"en "el monte glorioso y santo", referencia, también simbólica, a los verdaderos hijos de Dios, el verdadero pueblo de Dios, minoría absoluta cuando el drama de los siglos esté llegando a su culminación. Nuestro Señor se dirige a esta minoría con palabras llenas de consuelo y seguridad : "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino" (Lucas 12:32).

Verso 42 : continuando la referencia a las actividades expansivas del Rey del Norte,

"Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto." Egipto, Rey del Sur, símbolo del poder civil o secular, encarnación de la negación de Dios en las formas de múltiples "ismos", terminará doblegádose ante el Rey del Norte. Resulta muy evidente, y más aún al relacionar los mensajes complementarios de los libros de Daniel y el Apocalipsis, que el poder representado por el Rey del Norte logrará imponerse mediante legislación religiosa, es decir, utilizando el poder del Estado. ¿Qué legislación podría ser ésa? No otra que la que saludó la unión de Iglesia y Estado cuando ésta se formalizó en el siglo IV, la legislación dominical, o, lo que es lo mismo, la imposición mundial del primer día de la semana como único día de observancia religiosa. (¡La enorme presión actual en esa dirección es demasiado evidente como para poder necesitar de alguna comprobación!)

Verso 43 : "Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán." Ya hemos identificado a este Egipto espiritual o Rey del Sur simbólico–combinación de todos los sistemas o "ismos" de características seculares y ateas. Pero ¿qué acerca de Etiopía y Libia, países que rodeaban a Egipto? En tiempos antiguos todo el comercio de Egipto con Africa Central pasaba por Etiopía. El país adquirió una riqueza proverbial del cobro de derechos aduaneros y de tránsito; Libia, en cambio, fue el epítome de la pobreza, de la escasez de recursos. Etiopía representa hoy a los países primermundistas, mientras Libia lo hace de los tercermundistas. Antes de mucho será el Rey del Norte o la Roma Cristiana el poder que controlará todas las finanzas del mundo. Esto mismo explica el boicot económico que se impondrá sobre quienes no se manifiesten dispuestos a ceder ante esta globalización político-religioso-económica que patrocinarán los Estados Unidos y el poder religioso : "Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca . . . " (Apocalipsis 13: 16, 17).

Concluirá

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XII C

Los últimos pocos versos de Daniel capítulo 11 son de un contenido profético verdaderamente extraordinario. En ellos se cubre la historia humana de estos dos últimos siglos desde la perspectiva de Dios. De ningún otro lapso histórico se ha escrito tanto, realmente millones de obras, algunas de ellas en colecciones de muchos volúmenes; y, no obstante, nuestro Dios no necesitó de tanto espacio para proporcionarnos la descripción de este largo período de algo más de 200 años, sino tan sólo el proporcionado por 7 versículos. En este pasaje, Daniel 11:40 a 12:1, Dios resumió toda la historia desde 1798 hasta el presente, y aún más allá, como el resultado de una permanente confrontación de dos poderes simbólicos, el "Rey del Norte" o Babilonia espiritual, como referencia a la Roma Cristiana; o si se prefiriera, ya que es más o menos lo mismo, a la política vaticana de la unión de Iglesia y Estado, con el objetivo permanente de llegar a controlar y a dominar al Estado; y el "Rey del Sur" o Egipto espiritual, símbolo del poder secular o ateo. Según la anticipación profética habrá de ser el primero de estos poderes el que se llevará la palma, sometiendo en forma total al segundo. ¿Cómo lo hará? Mediante una legislación religiosa coercitiva que terminará imponiendo sobre todo el mundo un día de reposo totalmente ajeno a la Biblia. Entonces, y solamente entonces, el victorioso "Rey del Norte" se lanzará a la conquista de su objetivo obsesivo, el "monte glorioso y santo", el monte Sión espiritual, símbolo del verdadero pueblo de Dios, del verdadero Israel, el que será minoría absoluta en los eventos conducivos a la culminación del gran drama de los siglos.

El verso 40 arranca desde 1798, año cuando el "Rey del Norte" o Roma Cristiana, recibió una herida aparentemente mortal de parte de su rival, el "Rey del Sur" o poder secular ateo. El mismo verso descibe también la aplastante reacción del poder religioso herido, ya en vías de recuperación, no solamente destruyendo a su rival sino también extendiendo una dominación férrea sobre todo el mundo. El verso 41 explica el origen del poder para semejante conquista, asombrosamente no otro que el poder de los Estados Unidos sometido al control de Vaticano. Será, entonces, el poderío de la gran nación del Norte, lo que hará posible la dominación mundial por parte del Papado, fruto y resultado final del proceso de globalización. La herida de muerte inflingida por Francia en 1798, será totalmente restañada por los Estados Unidos..Habrá, sin embargo, quienes lograrán escapar de ese dominio planetario, los "parientes", por así decirlo, del pueblo de Dios, simbolizados por Edom, Moab y Amón, quienes encontrarán refugio seguro en el "monte glorioso y santo".

Los versos 42 y 43 añaden información acerca de la extensión siempre creciente del poder de la Roma Cristiana. Caerá Egipto, es decir, el poder secular o político–por extensión lógica, equivalente al mundo–incluyendo tanto los países primermundistas, simbolizados por Etiopía, como los tercermundistas, prefigurados por Libia. Llegadas las cosas a este punto pareciera como que nada queda del planeta que no estuviese ya bajo el control vaticano. Y , sin embargo, allí se yergue incólume el "monte glorioso y santo". Y desde esa eminencia gloriosa comienzan a generarse, cada vez con mayor intensidad, "noticias" que introducirán pánico en el corazón del Rey del Norte" : "noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos" (verso 44). ¿Por qué del "oriente"? El Este u oriente es el punto cardinal que la Biblia asigna consistentemente a Cristo (a manera de tan sólo un ejemplo entre muchos otros, basten las palabras de Jesús en relación a Su regreso a este planeta, y registradas en Mateo 24:27 : "Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre"); el Norte, en cambio, se aplica frecuentemente a Dios ("Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto [esto es el Sur] viene el enaltecimiento. Mas Dios es el Juez [tácitamente indicado como procediendo del Norte] A éste humilla, y a aquél enaltece: (Salmo 75 : 6,7). ¿Qué "noticias" tan espectaculares serán ésas? La formulación a nivel mundial del desafío divino decisivo a las pretensiones hegemónicas del poder representado por el "Rey del Norte"–en control ya del planeta, sorpresivamente se verá contestado por el verdadero Dueño de la tierra, Dios, y por quien pagó en la cruz el elevado precio del rescate de este mundo cautivo, Cristo.

Sí, en un intento desesperado por mantener el dominio tan tenazmente conseguido, "saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos". Esta frase indica que la legislación religiosa que mencionáramos anteriormente, será aplicada con una rigurosidad extrema. [Son varios los pasajes bíblicos que se refieren a esta misma "gran ira", tales como Apocalipsis 12:12 ("¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo"), 12:17 (" Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo"), y 13: 15 ("Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase").

¿Qué ocurrirá entonces? Lo anticipa el verso 45 : "Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude." Plantar las tiendas implica acción militar, el uso de la fuerza. Los "mares", en cambio, son símbolo de muchedumbres ("Las [muchas] aguas . . . son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas", Apocalipsis 17: 15). Este versículo anticipa el gran esfuerzo que hará el "Rey del Norte" al percibir la cercanía de su colapso definitivo, para impedir que la gran invitación final de Dios dirigida a quienes gimen bajo este sistema, pueda alcanzarlos posibilitándoles escapar y encontrar seguro refugio en el "monte glorioso y santo". ¿Tendrá éxito en su intento el "Rey del Norte"? No. definitivamente no. La profecía anticipa su fracaso con estas palabras lapidarias : "mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude". ¿ Por qué "no tendrá quien le ayude"? Porque para ese entonces ya tendrá concentrado en sus manos todo el poder disponible sobre este planeta. La única opción restante sería recibir ayuda desde el espacio exterior, extraterrestre, pero desde allí es Dios quien acude en ayuda de Su pueblo asediado y perseguido, y contra El nada podrá el "Rey del Norte" o Babilonia espiritual.

¿Cuándo ocurrirá esta intervención decisiva de Dios? Lo indica 12 :1-3 : "En aquel tiempo se levantará Miguel [clara anticipación de la conclusión del juicio de la humanidad] el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro [terminado el juicio, con el libro de la vida ya expurgado, serán reconocidos por Dios como Su pueblo, merecedores del gran don de la vida eterna, solamente aquellos cuyos nombres permanezcan registrados en él]. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos [los que hayan llegado a comprender las profecías] resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud [conocer el mensaje de las profecías significa haber sido instruido en la justicia de Dios, única solución valedera al problema de la rebelión y el pecado], como las estrellas a perpetua eternidad."

¿Hemos agotado el extraordinario contenido de estos versículos? No; hay más, mucho más, aguardando para proporcionar una emocionante recompensa a todo aquel que esté dispuesto a investigar su vital mensaje. ¿Y si Ud., amable lector, hubiera llegado a sentirse un tanto molesto y hasta ofendido por lo que fuimos explicando a lo largo de toda esta serie? ¿Qué hacer? ¿Permitir que algún prejuicio nos cierre los ojos a la evidencia? No, no creo que una reacción tal pudiera ser sabia. ¿Por qué digo ésto? Por aquellas palabras del buen rey Josafat, casi tres veces milenarias ya : "Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados" (2 Crónicas 20:20) . . . y el rey sabía por experiencia propia lo que decía. ¿Anhelamos gozar de seguridad y prosperidad? La fórmula sigue siendo la misma : "No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías" (1 Tesalonicenses 5: 19, 20). Entonces ¿por qué no probarla ?