El que tiene oidos, oiga: 2008

domingo, 28 de diciembre de 2008

ACEPTANDO LOS CAMBIOS Y LAS MUDANZAS

¿Cuántas veces nos hemos dicho: "Cuando terminarán estos cambios?
El cambio es uno de los principios más inmutables del universo.

Y debemos aceptar los cambios, tanto los agradables como los que no gozan de nuestra simpatía, sabiendo que no llegan para quedarse.

Mis amigos, cualquier cambio les prepara el camino al siguiente, dándonos la oportunidad de prosperar, crecer, aprender y modificar.
Cristina se desanimó cuando trasladaron a su esposo a trabajar en otro distrito en una ciudad situada a miles de kilómetros de su familia de sus amigos y de los que ella amaba. Como estaba convencida de que en aquel lugar se sentiría infeliz, se resistió con amargura al cambio, y en secreto anhelaba y pedía a Dios que su esposo no fuera cambiado.
Una de sus amigas, sin embargo, la convenció de que, aunque el sol se ocultaba en una etapa de su vida, renacería en otra lugar. Cristina decidió, pues, aceptar el cambio con la mejor disposición. Para hacer amistades en su nuevo destino, se inscribió un curso de pintura. Y fue allí donde descubrió que poseía aptitudes artísticas que ni siquiera había sospechado.
Poco tiempo después, su maestro organizó una exposición en la que las obras de Linda fueron tan bien recibidas, que a partir de ese momento empezó a pintar marinas por encargo.
"¡Había sido yo tan infantil!", le escribió a su madre. "Este cambio me ha dado la oportunidad de cultivar un talento que de otra manera no me habría descubierto".
Cuando aprendamos a aceptar los cambios y a encontrarles su lado positivo, podremos entonces también aceptar las dificultades y las preocupaciones del presente, conscientes de que "también esto pasará"-
Recordemos que cuando una puerta se cierra, siempre se abre otra.Copywrite 1987 por Vivian Buchan. Condensado de Oblates (sept.-oct. de1987).Aconsejo leer: “Quien se llevó mi queso”

Navidad, debería ser todos los días

Una reflexión acerca del verdadero sentido de la Navidad


En tiempos de navidad, es tiempo de celebración por el nacimiento del Niño de Belén, es tiempo de amor y de paz, donde hay que olvidar los rencores y saber perdonar.

Cada uno la celebra y vive la navidad a su manera y hoy en día más que un acontecimiento espiritual, es un hecho comercial.

Para unos Navidad es tiempo de reposo, descanso, y de vacaciones, en cambio para otros, deben trabajar más de lo acostumbrado porque algunos de sus compañeros se fueron de vacaciones a "celebrar la navidad".

Algunos llenan sus casas de luces y los jardines, las calles y parques de la ciudad se ven de hermosos coloridos que anuncian gozo y alegría, mientras otros ni siquiera tienen luz eléctrica.

Muchos preparan una gran cena en la noche de Navidad, es un banquete especial, repletos de manjares exquisitos, mientras muchos otros no tienen, siquiera, un pedazo pan.

En Navidad se ve a muchos niños reír, abriendo sus regalos y gozando de sus juguetes, pero también he visto a muchos niños llorar, porque no tienen.
Si esto es la Navidad, no quisiera que llegue navidad, porque muchos se olvidan del Niño Belén.

Se hace tanta ruido y alboroto por las cosas que hay que comprar y por las que no se pueden adquirir; la alegría, la risa, el despilfarro de los que tienen, se enfrentan a la rabia, la envidia y el llanto de los que no lo tienen.

Me podrán decir que esto no sucede sólo en Navidad, que todos los días se vive en estas contrariedades. Sí, es verdad, porque creo que la celebración de la navidad una vez al año nos ayuda a olvidar a los que menos tiene, por el contario si Jesús naciera todos los días, el espíritu de AMOR, PAZ, PERDÓN Y ESPERANZA, nos ayudaría a colaborar con nuestros semejantes.

Para mí todos los días es Navidad, pues todos los días nace el Señor en mi corazón; no tengo que esperar que se llegue diciembre para darle un abrazo a las personas que me rodean y desearle que la paz y el amor de Dios habiten en sus corazones; estoy siempre dispuesto a pedir perdón si ofendo y a perdonar a quien me ha ofendido, sin esperar todo un año para abrazarnos y perdonarnos; siempre que puedo hago una obra de caridad y comparto lo que tengo con quien realmente sé que lo necesita, algunas veces he compartido con niños de la calle algunos alimentos y he visto en esas caritas tristes, una sonrisa y en esos ojos sin luz, una mirada de esperanza, ¿por qué esperar a diciembre para mostrar nuestros afectos?, no necesito salir en las páginas sociales de los periódicos, porque Dios sabe como vivo y lo que hago y eso es lo único que me interesa.

Sabes, me encantan los poemas, los mensajes y las tarjetas; es una lástima que sólo me lleguen en navidad, pero yo con mi vida hago el esfuerzo para ser un mensaje viviente de amor, paz perdón y esperanza cada día. Viviendo así he llegado a la conclusión de que todos los días es navidad, pues cada día mi corazón experimenta el amor y la paz de Dios.

Cuando participo en la Cena del Señor y renuevo mi pacto de consagración a Dios me pregunto si Jesús se sentirá cómodo en este pesebre que es mi corazón. No te olvides, todos los días debería nace el Señor en tu corazón y navidad debe ser todos los días.
Quisiera que se llegue diciembre para darle gracias a Dios celebrando con gozo y alegría el nacimiento de su Hijo, que durante el año me ha ayudado a vivir en el amor y la paz que un día nos trajo. No olvidemos, que su presencia pondrá al descubierto las intenciones del corazón; y que Jesús ha venido a salvar al pueblo de sus pecados y es Emmanuel: Dios con nosotros y que los ángeles cantan: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad".
La navidad, año tras año cada uno la seguirá viviendo a su manera y tú ¿cómo la vivirás? La puedes vivir un solo día al año o todos los días del año 2009.

La decisión es tuya.


Adaptado por: Rolando E. Gigliotti