El que tiene oidos, oiga: NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XII A

miércoles, 29 de julio de 2009

NUBES TORMENTOSAS SOBRE EL ANGUSTIOSO CIELO PLANETARIO XII A

Con el tema de esta edición estamos concluyendo esta serie de reflexiones referida al momento de extrema tensión internacional que estamos viviendo como humanidad. Lo dedicaremos a responder un desusado número de preguntas que se nos han hecho en relación a los última porción de Daniel 11, particularmente los versos 40 a 45. ¿Qué hay en estos pasajes que tanto pueda concitar la atención de nuestros lectores? ¿Encierran estos pasajes alguna clave divina orientadora para este tiempo de angustia globalizada?

Cuatro observaciones previas nos ayudarán a descubrir su mensaje. (1)El capítulo 11 de Daniel registra las explicaciones del mensajero celestial, el ángel Gabriel, a la visión que le había sido dada a Daniel varios años antes, y contenida en 7:2 a 8:14. Esas explicaciones no deben entenderse, por lo tanto, como introduciendo elementos o poderes distintos a los referidos en esa visión. ¿Cuáles son esos poderes? Primeramente, los que habrían de actuar durante algo más de un milenio, desde el año 605 a.C, que marcó el comienzo del primer imperio universal, Babilonia, al 476 d.C., cuando se desplomó el cuarto y último de estos imperios, Roma. El mensaje de la visión no habría de concluir, sin embargo, con este evento de tanta relevancia histórica, sino que habría de extenderse mucho más lejos, como que cubre los 16 siglos siguientes hasta nuestros días.

Segundo, ¿qué habría de ocurrir después de la desaparición del Imperio Romano? Una nueva Roma, ya no de carácter meramente político, habría de emerger de la antigua, una Roma político religiosa, que perpetuaría el ideal de dominio universal de su predecesora. Su historia, tal como la anticipó la profecía, tendría marcados altibajos. Más o menos dominada por el poder civil al principio, lograría independizarse del mismo, y terminaría controlando al Estado. Su hegemonía habría de extenderse por 1.260 años, entre los años 538 y 1798, período durante el cual trataría de eliminar toda oposición, tanto política como religiosa. Este largo y penoso período de algo más de 12 siglos de guerras y más guerras, todas ellas de motivación religiosa, y de incesante persecución sanguinaria contra todos los que quisieran adorar a Dios en forma distinta de la prescripta por la nueva Roma, llegó a su conclusión a fines del siglo XVIII, cuando ideales renovadores de libertad que surgieron a ambos lados del Atlántico [la independencia de los Estados Unidos, en 1776, y la Revolución Francesa, en 1789], le infligieron un golpe aparentemente mortal a su férrea hegemonía milenaria sobre cuerpos y almas.

La razón de este eclipsamiento de su poder habría de estar determinada por la necesidad de proporcionar libertad a quienes habrían de predicar la última invitación de Dios a la humanidad, predicación relacionada con el comienzo de un juicio, el Juicio Investigador, en los recintos del Santuario Celestial. Sin embargo, durante la realización de ese Juicio, el poder representado bajo el símbolo de un "cuerno pequeño" volvería a recuperar su poder, autoridad y prestigio a un grado nunca antes alcanzado; de hecho, habrá de ejercer su poder sobre todas las naciones de la tierra sin excepción alguna.

A manera de una síntesis de este primer punto, en la interpretación de los versículos finales del capítulo 11 de Daniel no debe verse ningún poder no mencionado o implicado en los capítulos 7 y 8 del mismo libro.

(2)Después del evento de la crucifixión de Jesucristo todas las referencias geográficas contenidas en las profecías perdieron su literalidad. ¿Qué quiere decir ésto? Que hasta el evento de la cruz todas esas referencias geográficas fueron literales; así, el Norte era el Norte literal, el Sur, el Sur literal; Egipto era el Egipto literal; Babilonia era la Babilonia literal; etc. ¿Por qué? Porque el gran centro geográfico de la tierra era "la tierra gloriosa" (8:9)–todo se ordenaba geográficamente en torno a la ciudad de Jerusalén y su magnífico Templo. Cuando Jesús murió sobre la cruz tanto la ciudad como el Templo perdieron toda su importancia. Un nuevo pueblo, formado por judíos y gentiles, ahora cristianos, ocupó el lugar dejado vacante por el pueblo judío, como el nuevo Israel, el verdadero y único pueblo de Dios; y un nuevo templo, el Santuario Celestial, tomó el lugar del Templo de Jerusalén, ya totalmente desprovisto de la presencia de Dios. En síntesis, las referencias a Norte, Este, "tierra gloriosa", Edom, Moab y Amón, Etiopía, Libia y Egipto, "mares" y "monte glorioso y santo", están desprovistas de toda literalidad, y, por lo mismo, deben entenderse como simbólicas.

(3)Los poderes referidos bajo los símbolos de "Rey del Norte" y "Rey del Sur" experimentaron sendas "peregrinaciones" a lo largo de sus historias respectivas. ¿Qué queremos decir con esto? El "Rey del Norte" fue primeramente Babilonia, como tan insistentemente lo refiere el profeta Jeremías. Cuando el Impero Greco-Macedónico se fragmentó luego de la batalla de Ipso, Frigia (301 a.C.), el general Seleuco I Nicator y sus descendientes fueron el nuevo "Rey del Norte"–la razón fue doble : el territorio de los Seléucidas abarcó por mucho tiempo a Babilonia; y, por otro lado, Antioquía de Siria, capital de los Seléucidas, estaba localizada al Norte de Judea. Más tarde, cuando el Imperio Seléucida cayó bajo Roma (64 a.C.), Roma pasó a ser la nueva Babilonia (leer 1 Pedro 5:13) o nuevo "Rey del Norte".

En cuanto al "Rey del Sur", siempre fue referencia a Egipto–primeramente el Egipto de los Faraones, y luego el de los Ptolomeos. Cuando éstos últimos cayeron bajo Roma (30 a.C.), Roma pasó a ser simultáneamente "Rey del Norte" y "Rey del Sur". (Como lo mencionamos en el punto 2, esto quedó corroborado por la muerte de Jesús sobre la cruz, evento que puso fin a la literalidad de todas las referencias geográficas en las profecías aun no cumplidas.)

Unos cinco siglos más tarde, cuando el poder unificado del extinto Imperio Romano se dividió en poder civil o secular y poder religioso, el primero pasó a ser el nuevo "Rey del Sur"(o Egipto espiritual o simbólico), mientras que el poder religioso se constituyó en el nuevo "Rey del Norte" (o Babilonia espiritual o simbólica--el mismo "cuerno pequeño" de los capítulos 7 y 8). La historia de los siguientes 1.260 años estuvo caracterizada por una lucha constante por el dominio entre Imperio e Iglesia. Al principio fue el Imperio o poder civil el que mantuvo sometida a la Iglesia; pero más tarde la Iglesia consiguió imponerse al Estado, y así llegamos hasta 1798, cuando fue la Iglesia la que se vio forzada a doblegarse.

En síntesis, las "transformaciones" del "Rey del Norte" lo fueron llevando de Babilonia, al Imperio Seléucida, entonces a la Roma pagana, y por los últimos 16 siglos hasta el presente, a la Roma Cristiana, o poder religioso. El "Rey del Sur" pasó de Egipto as Roma, y entonces al poder civil, secular o político, de tendencias definidamente ateas a lo largo de todo su peregrinaje.

(4)Es también importante notar los "puntos de ruptura" en la secuencia histórica de las explicaciones de Gabriel a Daniel. Los más importantes están representados por los versos 14 (para marcar la introducción de los romanos en tierras del Mediterráneo Oriental, interponiéndose en las luchas entre Seléucidas y Ptolomeos), 21 (mientras el verso 20 deja ya establecido el Imperio Romano, el 21 representa un salto de unos 500 años, al momento cuando la Roma Imperial debió ceder el cetro a la Roma Cristiana), 29-30 (nos llevan a 1798, cuando la Roma Cristiana perdió su hegemonía de algo más de 12 siglos y medio) y 39-40 (nuevamente los eventos de 1798, pero desde otra perspectiva). A manera de una síntesis : Mientras los versos 21 al 30 presentan la historia de la Roma Cristiana durante los 1.260 años, destacando sus luchas con el Estado. los versos 31 al 39 cubren el mismo terreno, es decir, los 1.260 años, pero destacando la teología de la Roma Cristiana; y los versos 40 al 45, y aún 12:1, los eventos desde 1798 hasta el momento cuando concluido el Juicio Investigador, Cristo, de acuerdo a Sus promesas, regrese a la tierra.

Ahora estamos en condiciones de interpretar Daniel 11:40 a 12:1. (Antes de leer lo de mañana ¿ me permite sugerirle que vuelva a leer este artículo? Así le resultará más fácil su comprensión.)

Continuará

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