El que tiene oidos, oiga: Lección N° 2 Una reforma dentro de la iglesia

miércoles, 29 de julio de 2009

Lección N° 2 Una reforma dentro de la iglesia

JOYA BÍBLICA:
“Por eso pues, ahora, dice Jehová , convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios... Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión... Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová , a tu pueblo”. Joel 2:12-17.

Necesidad de la reforma: “El pueblo de Dios no soportará la prueba a menos que haya un reavivamiento y una reforma. El Señor no admitirá en las mansiones que está preparando para los justos, una sola alma que sea presuntuosa”. (7 T 285)
“Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en la ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambos deben combinarse”. (RH, febrero 25 de 1902)

Satanás actúa con energía y engaño: “Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella principie, el espíritu de oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de revolución será desterrado de la tierra”. (JT 3:254)
“Despierte el pueblo de Dios de su somnolencia y emprenda seriamente una obra de arrepentimiento y de reforma; escudriñe las Escrituras para aprender la verdad tal cual es en Jesús; conságrese por completo a Dios, y no faltarán pruebas de que Satanás está activo y vigilante. Manifestará su poder por todos los engaños posibles, y llamará en su ayuda a todos los ángeles caídos de su reino”. (CS 449)

Fanatismo o reforma auténtica: “El fanatismo aparecerá en nuestro propio medio. Vendrán engaños, y de un carácter tal que, si fuera posible, desviarían a los mismos elegidos”. (2 SM 16)
“Cuando el Señor obra por medio de los instrumentos humanos, cuando los hombres están movidos por el poder de lo alto, Satanás induce a sus agentes a clamar: ‘¡Fanatismo!’ y advertir a la gente que no vaya a los extremos. Tengan todos cuidado acerca de las circunstancias en que levantan este clamor; porque el hecho de que haya moneda falsa, no reduce el valor de la verdadera”. (OE 179)

Producida por la predicación y aceptación del mensaje a Laodicea: “Vi que el testimonio del Testigo fiel había sido escuchado tan sólo a medias. El solemne testimonio del cual depende el destino de la iglesia se tuvo en poca estima, cuando no se lo menospreció por completo. Este testimonio ha de mover a profundo arrepentimiento. Todos los que lo reciban sinceramente lo obedecerán y quedarán purificados”. (PE 270)
“Se me mostró que el testimonio a los laodiceos se aplica a los hijos de Dios de la actualidad, y que el motivo por el cual no ha realizado una gran obra es la dureza de sus corazones. Pero Dios ha dado al mensaje tiempo para hacer su obra. El corazón debe ser purificado de los pecados que han excluido por tanto tiempo a Jesús. Este terrible mensaje hará su obra.
Tiene por objeto despertar a los hijos de Dios, revelarles sus errores y llevarlos a un celoso arrepentimiento, para que sean favorecidos por la presencia de Jesús y preparados para el fuerte clamor del tercer ángel.” (1 T 185, 186)

El espíritu que se manifestará en la iglesia: “En visiones de la noche pasó delante de mí un gran movimiento de reforma en el seno del pueblo de Dios. Muchos alababan a Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otro milagros. Se advertía un espíritu de oración como lo hubo antes del gran día de Pentecostés. Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sincera conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina. Los verdaderos y sinceros hijos de Dios recibían grandes bendiciones. Oí las alabanzas y las acciones de gracias: parecía una reforma análoga a la del año 1844”. (JT 3:345)

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