El que tiene oidos, oiga: ¿Cómo cambia la inclinación del eje terrestre?

miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Cómo cambia la inclinación del eje terrestre?

En la naturaleza existen muchos ciclos, como el del día y la noche, las estaciones del año, las fases de la luna y la traslación de los planetas, que son fácilemente observables y que han llevado en muchos casos a grandes descubrimientos científicos. Éstos son cambios muy obvios, pero no son los únicos. Otros ciclos se desarrollan con más lentitud, y se necesitan observaciones detalladas para ser estudiados.
Uno de estos ciclos es conocido como la precesión de los equinocios. Este ciclo se refiere al cambio en la dirección en la que apunta el eje de la Tierra, producido principalmente por el efecto de la gravedad de la Luna. El ciclo de la precesión de los equinocion no es discernible con facilidad, pues tarda en completarse 25.800 años. Fue descubierto por el astrónomo Hiparco de Nicea alrededor del año 150 antes de Cristo, comparando sus observaciones con las de los escritos de astrónomos anteriores. Después de haber sido olvidada durante la Edad Media, la precesión de los equinocios fue confirmada por astrónomos modernos.
Los equinocios son los días en los que la Tierra pasa en su órbita en el punto en el que el Sol parece salir exactamente al este y ponerse al oeste, pasando por encima del ecuador, y no más al sur o al norte como en el resto del año. Por el giro del eje terrestre cada equinocio ocurre ligeramente antes que en el año anterior, precediendo el momento en el que hubiera ocurrido si este giro no tuviera lugar.
Un ejemplo que se utiliza con frecuencia para describir este movimiento es el del trompo. Cuando este juguete gira la dirección de su inclinación cambia de manera circular. En la actualidad una prolongación imaginaria por encima del polo norte apunta muy cerca de la Estrella Polar, mientras que la prolongación del eje hacia el sur apunta en sentido opuesto, donde ahora no hay estrellas notables que marquen esa dirección. Sin embargo por la precesión de los equinocios estas direcciones trazan un giro sobre el norte y sobre el sur, trazando dos conos unidos por la punta en el centro de la Tierra.
Así, si se pudiera observar desde el polo norte directamente arriba a lo largo de 25.800 años, se vería como la Estrella Polar empezaría a trazar círculos cada vez más amplios en el cielo. Hace tres mil años la estrella polar era Thuban, en la constelación del Dragón, y en el año 7500 antes de Cristo lo era la estrella alfa de la Ballena. Alrededor del año 14000 antes de Cristo la estrella Vega, la más brillante de la constelación de la Lira, era la más cercana al polo celeste. También hay épocas en las que no hay ninguna estrella notable que marque el polo norte. En el sur, a lo largo de este ciclo, se podrán encontrar numerosas estrellas polares australes en la constelación del Navío.
Además de su interés científico, este ciclo representa también un problema para los astrólogos contemporáneos. Muchas de estas personas siguen las tradiciones establecidas hace más de dos mil años. Desde ese tiempo hasta ahora, la precesión de los equinocios a avanzado casi una doceava parte de su ciclo, por lo que ahora el Sol "entra" en una constelación casi un mes antes de lo que lo hacía cuando se establecieron las bases de la astrología actual. Aunque muchos astrólogos modernos intentan popularizar la corrección astronómica en sus tablas astrológicas, la tradición tiende a mantenerse como era hace dos mil años.
Es posible que la precesión de los equinocios no sea el único cambio que sufre la dirección del eje terrestre. Inclinado actualmente 23.5 grados con respecto al plano de la órbita, se cree que el eje estaba aún más inclinado en el pasado, y las regiones polares eran por consecuente menos frías de lo que son en nuestros días, pues en los días de verano recibían la luz solar más perpendicularmente. Este cambio en la inclinación puede deberse al carácter fluído del planeta, pues no todo gira de la misma manera. Las masas de aire y de agua, además del centro semifluído de la Tierra, tienden a conservar la dirección de su giro, y en el cambio de posición se pierde una gran cantidad de energía que explicaría por qué el eje del planeta pierde inclinación. Sin embargo esto está aún por ser confirmado o refutado.

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